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Fenómenos climáticos ponen en peligro producción: Alerta de RAP-E

May 14, 2024

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El gerente de la RAP-E, Ricardo Agudelo Sedano, advierte sobre los peligros que enfrenta la producción agrícola colombiana debido al Fenómeno del Niño y la próxima llegada del Fenómeno de la Niña.

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En medio de la incertidumbre generada por el reciente Fenómeno del Niño y la inminente llegada del Fenómeno de la Niña, Ricardo Agudelo Sedano, gerente de la RAP-E Región Central, entidad que integra a Bogotá, Boyacá, Cundinamarca, Huila, Meta y Tolima, ha lanzado un llamado urgente a tomar en serio el tema del abastecimiento alimentario en Colombia.

En declaraciones, Agudelo Sedano expresó su preocupación por las repercusiones que estos fenómenos climáticos pueden tener en la producción agrícola del país. Destacó que productos fundamentales como el maíz, frijol, arroz de riego, café, aguacate, mora, lulo, granadilla y arracacha están en riesgo debido a las condiciones climáticas adversas.

La situación es especialmente crítica en departamentos como Cundinamarca y Boyacá, donde se ha registrado una reducción significativa en la producción de leche. Según cifras proporcionadas por Agudelo Sedano, Cundinamarca enfrenta una disminución de al menos 555,000 litros diarios, seguido por Boyacá con 229,000 litros.

Un dato relevante es que la capital, Bogotá, depende en gran medida del abastecimiento proveniente de sus departamentos cercanos. Diariamente ingresan a la ciudad unas 7,600 toneladas de alimentos frescos, de las cuales el 83% provienen de Cundinamarca (45%), Boyacá (19%), Meta (12%), Huila (3%) y Tolima (4%). Esta situación resalta la importancia de implementar estrategias efectivas para garantizar la seguridad alimentaria en el país.

Estas cifras implican que es necesario tener una estrategia desde las ciudades y desde la Nación en torno al abastecimiento alimentario. Y estos fenómenos, como el del Niño y el de la Niña, que afectan notablemente los suelos, también generan que muchos de los productos se pierdan o incluso no se puedan producir de la misma manera”, señaló el funcionario.

Ricardo Agudelo Sedan, gerente de la RAP-E destaca la importancia de implementar acciones urgentes para mitigar los efectos del cambio climático en la producción agrícola del país.

Agudelo Sedano advirtió sobre las posibles consecuencias del Fenómeno de la Niña, que podría generar un exceso de lluvias. “Si ocurre lo que ha señalado el IDEAM, que viene pronto el Fenómeno de la Niña, los suelos estarían secos, con poca porosidad, y las lluvias que se vienen no van poder ser absorbidas por los suelos”, resaltó.

La Región Central, que abastece prioritariamente a Bogotá, juega un papel crucial en la producción alimentaria nacional, siendo responsable del 33% de los alimentos consumidos en todo el país.

Ante este panorama, Agudelo Sedano hizo un llamado a las autoridades locales y nacionales a tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad alimentaria de la población colombiana. Es fundamental implementar estrategias efectivas de adaptación y mitigación frente a los fenómenos climáticos que afectan la producción agrícola, así como promover la diversificación de cultivos y la implementación de prácticas sostenibles en el sector agropecuario.

‘No es transitoria’

Agudelo subraya que la situación actual «no es transitoria; es imperativo que tanto los gobiernos como la sociedad civil impulsen políticas públicas que aborden el cambio climático. Esto va más allá de medidas económicas y regulaciones ambientales; también implica cambios en el comportamiento social».

En este sentido, enfatiza que tanto el cambio climático como las alertas sobre la inseguridad alimentaria en Colombia exigen una respuesta activa, especialmente en una región que es el principal centro de producción de alimentos del país, como lo es la Región Central.

La RAP-E ha logrado avances significativos, como la implementación del Plan de Abastecimiento Alimentario, una iniciativa estratégica. Según el gerente, este plan busca «establecer sistemas de producción eficientes, sostenibles y saludables, con el objetivo de convertirnos en una potencia mundial en la producción de alimentos».

Estrategias

Según el funcionario, la RAP-E, tiene un Plan de Abastecimiento que comprende siete estrategias destinadas a mejorar la producción rural, abordando aspectos técnicos y culturales que promuevan la valoración de la ruralidad.

Estas estrategias son las siguientes: Transformación y sostenibilidad de la oferta agroalimentaria, Articulación e innovación de servicios logísticos y mejora de equipamientos públicos para el abastecimiento alimentario, Establecimiento de canales institucionales para la comercialización, incluyendo programas de compras públicas y mercados alternativos, Promoción de la sostenibilidad ambiental, Garantía de calidad e inocuidad en la cadena de abastecimiento, Fomento de la formación en ciudadanía alimentaria y Mejora de la gobernanza para el abastecimiento.

Las distintas facetas del Plan proponen acciones como la modernización del campo, enfocándose especialmente en la mejora de las vías terciarias, las cuales, según el funcionario, «deberían ser prioritarias para los gobiernos, ya que son esenciales en las zonas productoras de alimentos».

Además, se destaca la importancia de la articulación logística innovadora entre las áreas de producción rural y los centros urbanos, así como el fortalecimiento de la comercialización mediante programas como las compras públicas y los mercados campesinos.

En cuanto a estos últimos, el gerente subraya que su impulso debe beneficiar principalmente a los campesinos, más que a las instituciones gubernamentales que los facilitan, con el objetivo de replicar modelos exitosos como los mercados organizados por Agrocomunal.

Desarrollo rural sostenible

La RAP-E está implementando una innovadora iniciativa en los mercados campesinos conocida como «Cambio Verde», la cual promueve el intercambio de materiales reciclables por alimentos frescos.

«Este programa permite a las personas cambiar sus hábitos y participar en un trueque, que es una práctica arraigada en la cultura de la región central, donde pueden canjear productos reciclables por comida«, explica Agudelo. «Además de generar ingresos para los campesinos, esta estrategia contribuye a la comercialización de productos locales y a la reducción del impacto ambiental«.

Esta iniciativa cobra especial relevancia en ciudades como Bogotá, donde se generan alrededor de 9 mil toneladas de residuos reciclables, pero apenas se recupera una fracción de esa cantidad.

La sostenibilidad ambiental también implica la reducción del desperdicio y la pérdida de alimentos, ya sea por mal manejo en el consumo que lleva a la descomposición de los alimentos o por daños durante su transporte a las ciudades.

Otro aspecto crucial es la promoción de la educación alimentaria, incluyendo programas de nutrición que fomenten el consumo de productos locales. En este sentido, la RAP-E ha identificado 67 productos de consumo prioritario en la región, destacando la necesidad de ajustar los menús, especialmente en los Planes de Alimentación Escolar (PAE).

La recuperación de la soberanía alimentaria, la modernización agrícola y la mejora de las condiciones de vida para los campesinos conllevan transformaciones significativas que benefician tanto a los productores como a los consumidores.

En este contexto, Agudelo enfatiza que «la mejora en la producción rural no se limita únicamente al avance tecnológico, sino que también implica aspectos sociales y culturales. Todo esto representa una apuesta política que trasciende los gobiernos locales y se convierte en un compromiso nacional«.

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