El candidato presidencial Fernando Villavicencio candidato presidencial del vecino país Ecuador fue asesinado en Quito el miércoles anterior Días después de haber enviado un mensaje en la televisión nacional de su país, asegurando que había varias amenazas en su contra. Lo preocupante es que su gobierno nacional no le puso la seguridad para preservar la vida de este importante dirigente político. Los medios de comunicación ecuatorianos informaron que una ráfaga de disparos atentó contra su vida, luego de que el político de 59 años saliera de un encuentro en el coliseo del colegio Anderson, al norte de la ciudad. En la escena del crimen, nueve personas resultaron heridas, entras las que se encontraba una candidata a la asamblea y dos agentes de Policía. De acuerdo con los sondeos de opinión, aparecía en el segundo lugar de la intención de voto para la próxima contienda electoral con el 13,2 % y había asegurado que no pactaría con las mafias.
El presidente Guillermo Lasso lamentó su asesinato por cual decretó tres días de luto nacional, así como el estado de excepción producto de la crisis de inseguridad que se está viviendo en este país. Sus adeptos han solicitado ayuda internacional para esclarecer los móviles y descubrir los autores intelectuales de inexorable crimen. El Consejo Nacional Electoral de Ecuador ratificó que los comicios presidenciales y legislativos del próximo 20 de agosto se mantendrán inalterables. Se espera que su movimiento político debe designar inmediatamente su reemplazo.
Lo detestable es que seis de los siete delincuentes que fueron capturados en el día anterior acusados de perpetrar este crimen son colombianos. Ahora Colombia se ha convertido en un exportador neto de criminales para cometer asesinatos en el ámbito internacional. Así sucedió en Haití y ahora en el Ecuador. La Fiscalía ecuatoriana confirmó que seis de los capturados por el asesinato son colombianos. Aunque aún no es claro quién ordenó el atentado contra el candidato presidencial, los Choneros, una de las principales bandas criminales de ese país, amenazó a Fernando Villavicencio. El grupo criminal tiene una vieja alianza con el crimen organizado colombiano desde la década pasada.
De acuerdo con los organismos de inteligencia de la Policía, esta organización criminal lleva varios años teniendo alianzas con grupos armados en Colombia. Principalmente con las disidencias de las FARC. Igualmente aseguran a este grupo subversivo de tener una alianza estrecha con los comandos de la frontera. Éste tiene sus operaciones en el departamento de Putumayo con los frentes 48 y 32 de las disidencias de las Farc, con la banda criminal sucesora del paramilitarismo la Constru. Estos grupos armados desde hace varios años delinquen en esta zona del país y del lado ecuatoriano de la frontera. El narcotráfico es el material comburente para que estas organizaciones narcoterroristas desarrollen su accionar delincuencial.