Ayer finalizó en Neiva la Audiencia de Reconocimiento y Aceptación de Responsabilidad de 74 miembros de la fuerza pública involucrados en crímenes de asesinatos y desapariciones forzadas en el marco del Subcaso Huila, perteneciente al Caso 03, que investiga los llamados «falsos positivos» en Colombia.
Foto: JEP
Durante tres días, los comparecientes admitieron su participación en 108 hechos ocurridos entre 2005 y 2008 en el departamento del Huila, que incluyeron 200 asesinatos, 32 desapariciones forzadas y ocho tentativas de homicidio.
Entre los comparecientes, 28 han sido identificados como máximos responsables de crímenes de guerra y de lesa humanidad, quienes ya aceptaron por escrito su responsabilidad en estos actos.
La audiencia, según palabras de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), marca un hito en el proceso de justicia transicional en Colombia. «Esta audiencia marca el fin de un ciclo y el inicio de otro: el de la transparencia y la sanación colectiva«, expresó la JEP.
Durante la audiencia, el magistrado Alejandro Ramelli destacó la resiliencia de las víctimas y la importancia de la participación de los comparecientes. En un emotivo gesto, tomó un jarrón que la señora Luz Marina Cuchumbe había aportado como símbolo de restauración, y manifestó: «Quisiera expresar mi gratitud hacia las víctimas, sus familias, por su resistencia, su fortaleza, su valor y su grandeza. Ustedes fueron las protagonistas de esta audiencia«.
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El magistrado también se dirigió a los comparecientes, reconociendo la dificultad de su situación y el valor de su decisión de presentarse y aceptar su responsabilidad. «La única decisión que no fue equivocada es estar acá. En eso acertaron. Muchos de sus compañeros todavía siguen en ese camino equivocado«, señaló Ramelli.
La magistrada Lily Rueda Guzmán, en la jornada final de la audiencia, resaltó la importancia de este tipo de espacios para la reconciliación y la construcción de un futuro libre de violencia. «el dolor que estamos sintiendo en este momento, porque creo que todos estamos adoloridos, está permitiendo dar un paso adicional. Esta mirada al pasado, tan dolorosa, nos está abriendo la posibilidad de mirar al futuro sin ataduras.»
Con la culminación de esta audiencia, se avanza en el camino hacia la verdad, la reparación y la no repetición, cimentando las bases para que Colombia pueda superar su historia de violencia.
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