En el marco de la inauguración de una planta procesadora de arroz en Palermo (Huila), el presidente Gustavo Petro se pronunció con firmeza sobre la imperante necesidad de apartar a los funcionarios gubernamentales sospechosos de corrupción. Sus palabras, cargadas de determinación, resonaron en un país donde la corrupción ha sido históricamente uno de los mayores obstáculos para el desarrollo y la justicia.
Le puede interesar: Gobierno denunció pérdida de un millón de municiones y armas de las Fuerzas Militares
Petro, con un tono sereno pero enérgico, reconoció la dificultad de ejercer un rol de juez en los casos de corrupción dentro de su propio gobierno. Sin embargo, subrayó la urgencia de que aquellos señalados por serios indicios de corrupción sean removidos de sus cargos, basándose en investigaciones rigurosas llevadas a cabo por medios de comunicación, instituciones gubernamentales y el sistema judicial.
“Hay un momento que es muy delicado, cuando se va a comprar una tierra que un poseedor de tierra vende, ahí hay una transacción económica. ¿Cuánto vale la tierra? Pueden hacerla, hacerla valer más y se reparte la comisión y se estafa al campesinado que, al final, es el objetivo de la Reforma Agraria y a la Nación, porque la plata la pone es el pueblo». El presidente no escatimó en señalar que la corrupción no tiene cabida en uno de los pilares fundamentales de su administración
Puede Leer: Procuraduría abrió investigación disciplinaria a funcionarios de la Superintendencia de Subsidio Familiar
Sin embargo, las palabras del presidente Petro no fueron meramente retóricas y es que en su discurso, delineó una serie de propuestas concretas para combatir la corrupción en las transacciones de tierras, incluyendo la implementación de sistemas tecnológicos avanzados para monitorear estas operaciones en tiempo real también abordó la existencia de «agendas paralelas» que socavan los objetivos gubernamentales.