Llama la atención que a pesar de la mala imagen que cargan las EPS, a la hora de evaluarlas, la mayoría de los colombianos las califiquen de manera favorable. Al menos, ésto es lo que deja en evidencia la encuesta de satisfacción, acceso y oportunidad realizada el año anterior por el Ministerio de Salud y revelada por los diferentes medios de comunicación, basada en las respuestas de más de 25.000 personas de todas las regiones y regímenes, con un rigor técnico que resiste los análisis. Que la gente califique bien a las EPS no significa que estas gocen de buena salud. Tal es el caso de lo sucedido con la EPS de Comfamiliar. Su cierre vuelve a poner el dedo en la llaga sobre las crisis del sector salud en Colombia. 540.136 usuarios debieron ser trasladados a otras, con las implicaciones que ésto tiene para la red prestadora. La Supersalud anunció garantías para la prestación de los servicios y tratamientos a los usuarios. Entre tanto son varios los enfermos que se ven afectados. Así lo ha venido expresando esta tribuna de opinión.
Igualmente, por disposición del Ministerio de Salud y Protección Social, una población de más de 22.000 nuevos afiliados asignados de la EPS Comfamiliar Huila, residentes en los departamentos de Boyacá, Huila y Guainía, a quienes hacían parte de ésta, pasaron a Coosalud. Esta actuación del gobierno nacional era lo mejor para la Caja. Todos sabemos que estaba amenazando la salud financiera de ésta. Con ello, quedó desarmada la intervención de la Supersalud, porque estaban en riesgo los demás negocios que desarrolla exitosamente. Respecto a la suspensión del Gerente Luis Miguel Losada por 30 días, actualmente se encuentra ejerciendo transitoriamente su labor mientras obtiene su estado de pensionado. Mientras tanto la EPS continúa su proceso de liquidación.
A raíz del reciente cierre de la EPS Comfamiliar, son varios los hechos que se han derivado de este al punto de no hacer nada distinto que desnudar la crisis del sector Salud en Colombia en cuanto a la red prestadora y los usuarios que requieren los servicios. La Superintendencia de Salud, en el más reciente informe anual, con corte a junio de este año, reportó que en el último año tres Entidades Promotoras de Salud fueron liquidadas. Además de las 14 que se encuentran en este proceso, ocho se encuentran en un plan de vigilancia especial. Y es que no se puede ocultar que las erosiones patrimoniales que por la falta de claridad y agilidad en el flujo de recursos que les llegan del sistema, sumadas a la mala gestión y desórdenes internos, ubican hoy a las EPS en un escenario movedizo que amenaza con derrumbarse sobre todo el sistema de salud.