La inseguridad sigue siendo una preocupación latente para los ganaderos del norte del Huila, quienes enfrentan un constante temor debido al robo de ganado y la creciente extorsión por parte de grupos delictivos. Aseguran que no sienten un apoyo por parte de las autoridades frente a la inseguridad que se presenta en el departamento.
Diario del Huila, Primer Plano
La inseguridad continúa siendo una preocupación latente para los ganaderos del norte del Huila, quienes se sienten desamparados en medio de una situación que parece empeorar día tras día. Las voces de preocupación se elevan en la región, donde los agricultores enfrentan un constante temor debido al robo de ganado y la creciente extorsión por parte de grupos delictivos, sin recibir el apoyo esperado de las autoridades nacionales.
«Nos preocupa enormemente la inseguridad y el completo abandono por parte del Gobierno Nacional. Estamos aquí, totalmente desamparados, y esa es una de nuestras principales preocupaciones en el gremio«, expresó un ganadero local, reflejando el sentir generalizado en la comunidad rural.
El robo de ganado se ha convertido en uno de los problemas más apremiantes, afectando diversas zonas de la región y sumiendo al sector agropecuario en un estado constante de temor. La ausencia de respaldo y apoyo por parte de las autoridades agrava la situación, dejando a los agricultores a merced de los delincuentes.
«Lo que percibimos de las autoridades es un abandono total. No encontramos ese apoyo, esa protección. Estamos completamente desamparados«, agregó el ganadero, destacando la sensación de desprotección que prevalece en la región.
La distancia hasta las estaciones de policía más cercanas agrava aún más la situación, con casos en los que el viaje hasta la estación de policía más próxima requiere al menos media hora en automóvil. Esta distancia aumenta la vulnerabilidad y el sentimiento de desamparo entre los agricultores locales.
Ante esta realidad desafiante, algunos ganaderos respaldan la creación de Frentes Solidarios de Seguridad Ganadera y Paz, una estrategia impulsada por Fedegán, como una medida crucial para abordar la situación. Consideran que la colaboración entre los actores locales y las autoridades es fundamental para diseñar estrategias efectivas de protección y vigilancia.
«Tengo claro que lo que buscamos es que entre todos nos cuidemos y estemos en contacto con las autoridades más cercanas, que tengamos una red de apoyo entre los ganaderos. No se trata de crear frentes armados, sino de una red de apoyo logístico que nos permita cuidarnos mutuamente«, enfatizó un ganadero local.
Extorsión: otro flagelo que azota a los ganaderos
El sector ganadero ha sufrido de manera significativa este flagelo, según señala la directora jecutiva del Comité de Ganaderos del Huila, Luceni Muñoz. A través de panfletos, se convoca a entre 25 y 50 productores diariamente en zonas rurales de ciertos municipios para el pago de extorsiones.
«En un solo día, numerosos ganaderos se ven obligados a reunirse para conocer la cuota extorsiva y el monto a pagar. Estos grupos infunden temor entre nuestros productores, ya sea exigiendo el pago o amenazando con causar daño a sus familias«, afirmó la líder gremial.
«Estamos instando a los productores a presentar denuncias correspondientes, ya que la realidad difiere de las cifras formales de la Policía y la Fiscalía. Lamentablemente, muchos ganaderos optan por no denunciar debido a la percepción de impunidad. Les motivamos a declarar, ya que esta información respaldará las investigaciones«, añadió la ejecutiva.
«En todas las regiones del departamento, tanto en el norte, centro, sur y occidente, hemos registrado este tipo de eventos. Hemos colaborado con el Gaula para identificar extorsiones, algunas de las cuales han resultado en arrestos, brindando cierto alivio«, reveló Luceni Muñoz.
Es esencial proporcionar a los investigadores los números de teléfono desde los cuales se reciben las intimidaciones.
Muñoz también destacó que los grupos ilegales están realizando llamadas no solo a ganaderos, sino también a arroceros y cafeteros, especialmente en áreas donde tienen una fuerte presencia.
«Las víctimas acuden a los lugares designados y, dependiendo de su actividad, se les exige cantidades de dinero que van desde los $5 millones hasta los $30 millones. Esta situación es alarmante, ya que perturba la paz de los productores y es una realidad que enfrentamos en el departamento del Huila«, enfatizó la directora.
Lucha contra el abigeato
El último incidente de abigeato tuvo lugar la semana pasada en la zona rural del municipio de Suaza, en el sur del Huila, a lo largo de la vía que conecta el casco urbano con la vereda San Isidro. Tres hombres fueron capturados a bordo de un camión completamente cubierto, transportando 20 cabezas de ganado de diferentes tamaños, presuntamente robadas durante la madrugada en esa misma área rural.
Según los propietarios del ganado, el valor de los animales supera los 80 millones de pesos y se sospecha que serían comercializados en departamentos vecinos mediante documentos falsificados.
Los individuos capturados en el operativo, conocidos como alias ‘Pite Rejo’, ‘Pate Vaca’ y ‘Chimbero’, enfrentarán cargos por el delito de abigeato ante las autoridades pertinentes.
La información proporcionada por los propietarios de las fincas locales y el respaldo de la comunidad fueron fundamentales para que la Policía lograra recuperar el ganado y detener a los tres sospechosos, incluidos algunos colaboradores de fincas cercanas.
Ante las múltiples solicitudes de la ciudadanía, el Departamento de Policía Huila ha implementado controles estrictos y continuos en los vehículos destinados al transporte de ganado. Además, ha puesto en marcha planes especiales y visitas a las fincas en colaboración con el Grupo de Carabineros para ofrecer recomendaciones de seguridad y recopilar información que permita combatir este delito en la región.
El dato
En un lapso de solo un año, comprendido entre 2022 y 2023, Colombia ha presenciado un preocupante aumento en los casos de extorsión, según lo revelado por el Ministerio de Defensa. Los datos son contundentes: se registró un incremento del 7.9%, pasando de 9,791 casos en 2022 a 10,560 en 2023. Este fenómeno delictivo ha evolucionado en sus formas y estrategias, presentando nuevos desafíos tanto para las autoridades como para la sociedad en general.
Una de las modalidades más recurrentes de extorsión en Colombia es a través de llamadas telefónicas, representando el 42.7% de los casos reportados, con un total de 4,513 situaciones en tan solo un año. Esta táctica implica un modus operandi en el que los delincuentes emplean la intimidación y la amenaza para obtener dinero u otros beneficios de sus víctimas.
Otro dato alarmante dado a conocer por las autoridades es la diversificación en las formas de extorsión. Según el Ministerio de Defensa, el 26% de los casos involucran cobros directos, el 14.3% se realizan a través de redes sociales, y un preocupante 40% corresponden a extorsiones carcelarias.
Este último tipo de extorsión, denominado «extorsión carcelaria», se lleva a cabo desde los centros penitenciarios por personas privadas de libertad. Estos delincuentes a menudo pretenden pertenecer a estructuras ilegales y recurren a tácticas de intimidación psicológica, incluso amenazando a los familiares de las víctimas.
Otro modus operandi inquietante es el conocido como «falso servicio». En este tipo de extorsión, los delincuentes realizan llamadas telefónicas o envían mensajes de WhatsApp identificando a empresas que puedan realizar desplazamientos a zonas remotas. Posteriormente, las víctimas son llevadas a lugares determinados por los criminales, quienes ejercen presión psicológica y exigen sumas de dinero para no poner en peligro la integridad de la supuesta víctima de secuestro.