Por una abrumadora mayoría, Donald Trump ganó presidencia de los Estados Unidos a la Demócrata Kamala Harris, en medio de la más grande polarización política, que vive este país y que generó la más grande guerra de encuestas en los medios de comunicación y redes sociales. El candidato republicano hasta el momento obtuvo 277 escaños frente a los 244 obtenidos por la candidata Demócrata. Ganó Las elecciones del país más poderoso del planeta y regresará a la Casa Blanca, a través de un gobierno que promete retornar el tono de las relaciones diplomáticas de su país, a los mismos bemoles que se presentaron durante su primera administración. Temas relacionados de ubicar a América en el centro y no priorizar la relación con el resto de los países del continente, mucho menos con los latinoamericanos. Muchos expertos internacionales, consideran que Colombia no se encuentra en el radar del país del Tío Sam. Todos sabemos que a ellos no les interesa los sesgos ideológicos. Se preocupan por las relaciones comerciales. Por segunda vez se va a iniciar a partir del 20 de enero cuando se posesione, una nueva era para el pueblo estadounidense, con el estilo que ya conocemos, que seguirá imponiendo una gobernanza, de acuerdo con los trinos y mensajes esbozados durante su campaña, que van a impactar de alguna manera, a todos los habitantes del planeta.
Estas inquietantes manifestaciones han puesto en alerta a muchos líderes mundiales, que estarán a la expectativa de los anuncios oficiales que hará una vez se posesione como el 47° presidente del país más poderoso del mundo. El pueblo norteamericano todavía recuerda que las políticas económicas adoptadas durante su primer mandato, les permitió mejorar los niveles de ingreso. Incluso los subsidios al desempleo y los apoyos financieros brindados a los agentes económicos le permitieron afrontar la profunda crisis social y económica, que se presentó durante su periodo presidencial todavía lo recuerdan y lo añoran. Igualmente, la laxitud que ha tenido el gobierno de Biden para permitir la migración de latinos, que se desbordaron durante el presente periodo presidencial, ha ocasionado por primera vez un aumento de la criminalidad en la mayoría de las ciudades norteamericanas.
Por tal motivo, el discurso de Trump se centró en controlar la entrada de indocumentados. Prometió que van a ver deportaciones masivas. Inclusive ha expresado que va a colocar aranceles del 200% a las empresas mejicanas que exporten bienes y servicios a este país, sino no controlan la llegada de drogas. Con las mayorías del Senado y de la Cámara de Representantes, se prevé que Colombia va a tener que reorientar la política antidrogas. Necesariamente el gobierno nacional tendrá que empezar a reestructurar estrategias para erradicar las hectáreas sembradas de coca. Con Trump no se juega. Allá si existe autoridad.