Aníbal Charry González
A raíz del llamado legítimo y democrático del presidente Petro para la movilización pacífica del pueblo en apoyo a su Gobierno y para reclamar a la Corte Suprema el cumplimiento de sus deberes constitucionales en la elección de la nueva fiscal, que lamentablemente como siempre ocurre en esta clase de eventos derivó en violencia por los infiltrados de siempre que el Estado en ningún tiempo ha podido controlar, y que por supuesto tenemos todos que rechazar: el expresidente y director del cuestionado partido liberal, César Gaviria, visiblemente afectado mentalmente por su senilidad, salió a leer con dificultad una declaración para sindicar en forma bellaca y calumniosa al Presidente de dictador y criminal, convirtiéndose en el Milei criollo que con no menos vileza lo sindicó de comunista asesino.
Y cuando me refiero al vocablo bellaco de este artículo de acuerdo al significado del Diccionario de la lengua española, es para enfatizar su condición de ruin, vil, perverso y canalla por sus infames afirmaciones en contra del Presidente por acudir a buscar el apoyo del pueblo, responsabilizándolo en forma inicua de estar ejerciendo actos criminales en los desmanes del palacio de Justicia, como si este los hubiese ordenado en este violento y polarizado país donde nadie puede contener la violencia que los mismos dirigentes con su incitación permanente del odio político se han encargado de inculcar para mantenerse en el poder.
Porque afirmar además, como lo hace con bellaquería Gaviria, que Petro es un dictador que no está cuerdo cuando esta tramitando sus reformas sociales por las vías democráticas e institucionales, no deja de ser igualmente pérfido y calumnioso instigando el odio a su Gobierno para que se concrete el golpe blando o duro en que la extrema derecha se encuentra empeñada, haciéndole coro miserable a la inefable Cabal y sus secuaces de la oposición de jauría, que el mayor desafío que tienen es impedir que el Presidente cumpla su período, así tengan que destruir lo que sea en esta precaria democracia que hemos tenido que solo ha servido para mantener durante más de 200 años a un régimen de violencia y corrupción, y que solo podemos llamar ahora verdadera democracia precisamente con la llegada del gobierno alternativo y progresista del presidente Petro.
Y es que hay que precisar igualmente con relación a la exigencia popular a la Corte para que cumpla sus obligaciones constitucionales en la elección de fiscal, cuando se habla perversamente de que es Petro el que está desinstitucionalizando el país, que si alguien la está patrocinando es la misma Corte, como que habiéndole suministrado el Presidente una terna integrada por mujeres impolutas y de gran trayectoria hace más de 5 meses, y a sabiendas de que el período del torcido Barbosa terminaba el 12 de febrero de este año, que era el término que tenían para elegir a la nueva fiscal, se hayan negado a hacerlo para hacer valer su arrogancia y mantener en la interinidad por su capricho un cargo tan importante para la justicia como la Fiscalía. Las cosas en su sitio.