Por: Harold Salamanca
En el año 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), aprobó una resolución en la que reconocieron que el mayor desafío del mundo es la erradicación de la pobreza de la faz de la tierra, y ratificaron que, sin lograr este objetivo, no se puede hablar en ningún ámbito de desarrollo sostenible. El documento aprobado por la ONU se denomina “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, y debe ser la carta de navegación de los programas de desarrollo de los estados que se comprometieron a gestionar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que componen la agenda, hasta el año 2030.
Si bien, los primeros en gestionar los ODS como el compromiso con la humanidad deben ser los estados, también es cierto que las empresas tienen un componente de responsabilidad social muy alto, que las vincula como protagonistas fundamentales de la sociedad porque son grandes ejecutores del desarrollo económico, social y ambiental, y, por ende, gestores y actores en procura del cumplimento de los objetivos de la agenda 2030. Dicho lo anterior, la pregunta que los empresarios deben plantearse, incluidos los huilenses debe ser ¿Cómo las empresas pueden adoptar medidas que aporten al cumplimiento de los ODS?
En primer lugar, se deben incorporar los ODS y el enfoque de desarrollo sostenible en su operación diaria y en su planeación estratégica de largo plazo, de tal forma que se mantenga más allá de los cambios de la alta dirección. En segundo lugar, convertirse en los mejores gestores de alianzas con entidades con la cuales se comparten ODS comunes, de otra forma no va a ser posible cumplir la agenda. En tercer lugar, lograr un equilibrio en su balance de resultado económico, social y ambiental. Y por último y no menos importante, transformarse en generadores de información, con la calidad suficiente que permita el monitoreo y medición de los indicadores de cumplimiento de los ODS.
Es un modelo en el que deben estar montadas las empresas del hoy, el enfoque del resultado empresarial cambio, el objetivo central ya no es solamente generar utilidades, desde el nuevo enfoque de la gerencia con propósito, el objetivo de la empresas debe ser lograr la transformación humana a partir de la incorporación en su genética de nuevos liderazgos, profundamente soportados en negocios de interés colectivo y modelos de acción colaborativa, así y solo así, lograremos impactar vidas de forma positiva y cambiar realidades.
