Para las Élites del mundo el año que acaba de cerrar es para olvidar y no es solo el dinero que se perdió, es decir, los casi US$1,4 billones que se esfumaron de las fortunas de las 500 personas más ricas, según el índice de multimillonarios de Bloomberg. Gran parte del daño fue autoinfligido: el presunto fraude del otrora niño prodigio de las criptomonedas Sam Bankman-Fried; la devastadora guerra de Rusia contra Ucrania que provocó sanciones paralizantes contra sus titanes empresariales; y, por supuesto, las acciones de Elon Musk, el nuevo dueño de Twitter, cuya fortuna es US$138.000 millones menor que el 1 de enero.
Lo anterior, anudado con un contexto de inflación generalizada y endurecimiento agresivo de los bancos centrales, el año marcó una drástica caída para un grupo de multimillonarios cuyas fortunas aumentaron a niveles insondables en la era del dinero fácil del covid. En la mayoría de los casos, cuanto mayor era el aumento, más dramática es la caída: Musk, Jeff Bezos, Changpeng Zhao y Mark Zuckerberg vieron cómo se esfumaban US$392.000 millones de su patrimonio neto acumulado.
Sin embargo, no todo fueron malas noticias para la clase multimillonaria. El indio Gautam Adani superó a Bill Gates y Warren Buffett en el índice de riqueza, mientras que algunos de las familias más ricas del mundo, como los Koch y el clan Mars, también aumentaron sus fortunas. Las franquicias deportivas se volvieron más valiosas, haciéndose cada vez más inalcanzables para cualquiera que no pertenezca al 0,0001% más rico.