Increíble lo que sucedió el pasado 8 de febrero en el país.
El presidente de la república aupó irresponsablemente a la primera Línea de vándalos contra la Honorable Corte Suprema de Justicia para presionarlos a elegir al nuevo fiscal general de la Nación.
Durante más de 6 horas la turba del gobierno mantuvo secuestrada a la justicia de Colombia.
Gustavo Petro exmilitante del grupo guerrillero del M-19 de alguna manera participo en 1.985 de la toma, a sangre y fuego, del Palacio de Justicia, inmolando a 11 magistrados del alto tribunal de justicia, a algunos magistrados del Consejo de Estado y a cerca de 100 ciudadanos inocentes.
Ayer quiso repetir la historia, a ojos de las fuerzas militares y de policía que miraron impávidos lo que está sucediendo.
En el momento en que escribo esta nota aún no se conocen resultados sobre el desalojo de los manifestantes para poner a salvo la integridad los Magistrados y su libre tránsito hacia sus hogares.
El gobierno nacional ha sido señalado por la opinión pública como directo responsable de la seguridad de los Honorables miembros de la Suprema de Justicia.
Gustavo Petro ha propiciado la ruptura institucional que el mismo presidente denuncio hace unos dias y de la que se declaraba víctima; Hoy es el mismo presidente el que ha provocado esa ilegitima ruptura del orden constitucional y se ha comportado indignamente como victimario.
Es importante que la sociedad civil nos organicemos para ofrecer un respaldo contundente al poder judicial.
Hemos denunciado la conducta totalitaria y amenazante del actual presidente de Colombia.
Quiere someter a sus innobles intereses a la Justicia colombiana, después de desconocer olímpicamente a otros organismos de control administrativos del Estado.
Petro tiene sometido mayoritariamente al Congreso y se prepara a dar un golpe de estado para desconocer la constitución y las leyes de la república e instaurar un gobierno autócrata al estilo del de Venezuela
Amigos, el gobierno del tirano tiene en vilo nuestra democracia y es nuestro deber defenderla a como dé lugar, inclusive a costa de nuestra propia seguridad. Julio Bahamon Vanegas.
