Por: José Eliseo Baicué Peña
Si bien hay que decir que algunas busetas que prestan el servicio urbano en la capital huilense las han “climatizado” en los últimos años, también es cierto que sus conductores prestan un servicio sencillamente pésimo.
Algunas empresas se han esmerado por ofrecer un buen servicio a los usuarios. Y, eso es, un servicio, no es ningún favor el que le hacen a los ciudadanos. Muchos de estos señores no lo han entendido así.
Sumado al ruido ensordecedor del aire acondicionado que le han adaptado a algunos vehículos, se presenta el altísimo volumen de la radio que, por lo general, los conductores llevan en sus equipos.
Además, diariamente el usuario es testigo mudo de la lucha constante entre colectivos por obtener más pasajeros y, por supuesto, más ganancias. No les importa si lo hacen a altas velocidades, en medio de los huecos, en sectores polvorientos, dando vueltas y sorteando los obstáculos y cierres que hay por toda la ciudad por culpa de los “mejoramientos” en las vías.
¿Quién y cuáles son los requisitos exigidos a los conductores de este servicio urbano de busetas? ¿Qué se está proyectando para mejorar este servicio?
Los señores conductores suelen permanecer con un fuerte carácter que infunde hasta temor y desagrado. ¿Qué culpa tiene el pasajero?
Se hace necesario que se imparta una serie de capacitaciones mediante talleres y trabajo continuo de área; y aquí, las empresas transportadoras deben tomar acción frente a ello.
El servicio de transporte urbano es muy importante, valioso, necesario, y debe contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los usuarios. Es preciso que se entienda que los conductores NO les hacen un favor a los pasajeros. Debe quedarles claro que prestan un servicio por el cual se paga bien, o muy bien. Pues, los trayectos en Neiva son cortos.
La calidad de este servicio eleva el buen nombre de la ciudad y de sus gobernantes. Y la coloca en una buena posición a la hora de pensar en visitarla.
