En una grave situación que encendió las alertas en el corregimiento El Ejido, municipio de Policarpa, Nariño, fueron encontradas tres minas antipersonal abandonadas en las cercanías de la institución educativa Agropecuaria El Ejido. La comunidad local fue quien alertó a las tropas del Ejército, que actuaron de manera rápida y controlada para destruir los artefactos explosivos, evitando así una tragedia que podría haber afectado a estudiantes y docentes del área.
El hallazgo se produjo cuando los residentes del lugar notaron la presencia de un chaleco militar abandonado cerca de la escuela, que contenía los explosivos. De inmediato, notificaron al Ejército, que desplegó un operativo para desactivar y destruir las minas. Esta acción evitó que los artefactos causaran daño, aunque el temor persiste entre los habitantes por la posibilidad de que haya más minas en los alrededores.
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El uso de minas antipersonal es considerado un delito de lesa humanidad, según lo estipulado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y representa una violación grave a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario. Las autoridades locales han reiterado la gravedad de estos actos, especialmente por el riesgo que representan para la población civil, en especial para los niños que asisten a la escuela cercana.
Aunque no se ha confirmado qué grupo armado instaló los explosivos, las primeras hipótesis señalan a la estructura residual Franco Benavides, perteneciente a las disidencias de las Farc, que opera en la región. Este grupo ha sido vinculado en otras ocasiones con la instalación de artefactos explosivos en áreas rurales del departamento de Nariño, en su lucha por el control territorial.
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El Ejército ha subrayado la importancia de la colaboración de la comunidad en la identificación de estos peligros, y destacó que la rápida respuesta ante la alerta permitió evitar una tragedia mayor. Este incidente pone en evidencia los continuos desafíos de seguridad que enfrentan las comunidades en zonas rurales, donde la presencia de minas antipersonal sigue siendo una amenaza constante, afectando el bienestar y la seguridad de los habitantes.