Por: Ariel Peña
El 5 de enero la pandilla narcomarxista de Venezuela, encabezada por el tirano de Nicolás Maduro, en una bufonada “instaló” la espuria Asamblea Nacional, que es el resultado de un fraude realizado el 6 de diciembre por el régimen, para consolidar la dictadura comunista y aplastar a la oposición, llevando a esa nación a una esclavitud de la cual es difícil salir.
El parásito comunista de Jorge Rodríguez, hijo de un terrorista venezolano, fue elegido presidente de la ilegítima Asamblea, y al mejor estilo de un lumpen-marxista, dijo: “mentasen sus sanciones por donde les quepa “, de modo que para esa cáfila, el hambre en la patria de Bolívar los tiene sin cuidado, pues lo que le interesa es mantenerse en el poder siguiendo el modelo de la monarquía de los castro en Cuba.
El régimen de Caracas no le da valor al desconocimiento y sanciones que le tienen la Unión Europea, Norteamérica y la mayoría de los países de Latinoamérica a la dictadura chavista, debido a que históricamente el comunismo siempre utiliza el hambre de las masas como “forma de lucha”, ya sea cuando busca conquistar el poder político o cuando lo ejerce para humillar a la ciudadana y así volverla más dúctil a los intereses de la satrapía.
El pueblo venezolano se enfrenta a la organización que más ha cometido genocidios y torturas en contra de la humanidad en todos los tiempos, que indiscutiblemente es el marxismo leninismo, que en Latinoamérica se maquilla con el socialismo del siglo XXl, también conocido con el mote de castrochavismo, por lo tanto la lucha para la liberación del vecino país del lastre comunista, será una tarea ardua y difícil, puesto que para mantener el poder las bandas marxistas son capaces de cometer los peores crímenes.
Hugo Chávez en su desquiciamiento burocrático y totalitario, para convertirse en emperador latinoamericano, convirtió a Venezuela en una colonia cubana, recibiendo como contraprestación la asesoría del sátrapa de Fidel Castro, buscando cumplir sus sueños de grandeza enfermiza, con lo que Venezuela ha sido hollada y ultrajada en su dignidad por las hordas cubanas, que han estado al frente de la represión en contra de las protestas, siguiendo el mismo libreto con el que han avasallado a los isleños.
Maduro junto a su pandilla busca perpetuar el régimen con el sainete de la Asamblea Nacional, pero la oposición venezolana debe consolidar la protesta ciudadana, para que la tramoya chavista pierde razón de ser política, social, económica y hasta militar; en el entendido de que el éxito de la acción de masas, podría arrinconar al chavismo y el boicot a las pretensiones hegemonistas castrochavistas con la bastarda Asamblea Nacional debe de ser absoluto.
Un truco que utilizaría la pandilla de Maduro para consolidar su hegemonismo, podría ser un autogolpe similar al del 11 de abril de 2002 con el que Hugo Chávez identificó a militares hostiles a su régimen, trampa en la que cayeron varios demócratas y que fue diseñada por el tirano de Fidel Castro para consolidar el sistema comunista en Venezuela, por ello hay que tener capacidad de discernimiento en las actuales circunstancias, en vista de que la perversidad comunista no tiene límites.
La Administración norteamericano de Donald Trump, sancionó al régimen de Venezuela, claramente al no comprarle más petróleo, ya que la renta del crudo que provenía de las exportaciones a USA era la que sostiene al país vecino casi en su totalidad, debido a lo cual la no compra del crudo por EE.UU fue una situación importante de precisión sobre la dictadura, aunque los recursos de las exportaciones de petróleo en los últimos años fueron saqueados por la élite chavista. Sin descartar que Washington también puede tomar otras medidas en contra de Caracas, como sería la de evitar que lleguen las remesas, precisamente ahora que Maduro busca dolarizar al país.
Llegará el momento de salvar a la hermana república de Venezuela del comunismo totalitario, porque le está ocurriendo, como a Etiopía en África con el dictador marxista Teniente Coronel Megista Haile Marian quien en la década de los ochenta del siglo pasado, era apoyado por el Imperio Soviético y Fidel Castro, y recibió ayuda de los países occidentales por las hambrunas en esa nación y de manera diabólica utilizó esos recursos como medio de presión sobre el pueblo que lo repudiaba; de ahí que liberar a Venezuela del comunismo debe ser la consigna solidaria de los pueblos hermanos, porque un requisito indispensable de las dictaduras marxistas leninistas para perpetuarse en el poder es la miseria de las masas, y eso se evita únicamente defenestrando al castrochavismo.
El hermano pueblo venezolano solo puede romper las cadenas con la solidaridad de otros pueblos y mediante la resistencia nacional, ya que las desventuras que le han infringido son coordinadas por la nomenclatura cubana que maneja al títere de Maduro, que como un fiel lacayo de Raúl Castro, cumple ciegamente las órdenes de La Habana para mantenerse en Miraflores, por ello Venezuela tiene que luchar por su independencia, contando con la ayuda internacional, debido a que con la permanencia de la camarilla comunista en el poder, el número de hambrientos refugiados venezolanos podría llegar a 7 millones en este año(sin importar la pandemia) convirtiéndose en la nación con más refugiados, superando a Siria.