Por: Carlos Tobar
Las últimas evaluaciones económicas del Sistema de Salud Colombiano hecha por expertos concluyen que el faltante presupuestal al final del año 2024 alcanzará los 13 billones de pesos. ¡Una barbaridad!
El gobierno nacional, tiene bajo control, por intervenciones sucesivas de la mayoría de las EPS en funcionamiento, la casi totalidad del sistema, lo que puede llevar a la conclusión de que la responsabilidad principal de ese desajuste es de las instituciones gubernamentales del orden nacional: Ministerio de Salud, Superintendencia de Salud, la Adres…
Ya no hay EPS privadas con la responsabilidad de administrar los recursos de la salud. O sea, no hay disculpa para evadir lo que corresponda a quienes manejan el sistema.
Esa situación financiera de déficit crónico ha llevado a que los servicios se estén deteriorando a todos los niveles y, en todo el país. Los informes señalan por ejemplo que el componente de Presupuestos Máximos (que cubre todos los procedimientos y medicamentos que están por fuera del POS) no se gira desde junio. Fuera de que el reajuste de la UPC fue insuficiente, por lo que se presenta un desfase económico importante en todo el sistema.
La Adres afirma que está cancelando, de manera oportuna, la totalidad de la UPC, pero, si es insuficiente ya tenemos un problema y, sin presupuestos máximos la crisis financiera es evidente.
El resultado es que las EPS no tienen como cubrir los compromisos con las IPS (léase clínicas, hospitales, laboratorios, proveedores…) y, en consecuencia, los servicios empiezan a ser negados.
Las denuncias por la negación de servicios de salud pululan. No es solamente la escasez, cada vez más crítica de medicamentos, especialmente los de enfermedades crónicas y catastróficas que, por boca del director del Invima no se están comprando porque el país no se puede dar el lujo de asumir esos gastos.
Es, también, la negación de citas médicas, hasta las de medicina general, porque las de especialistas hace rato se tornaron casi que imposibles. Cuando no son las trabas de las autorizaciones, o cualquier otro método de dilación. Es tan creciente la insatisfacción que las quejas, reclamos, tutelas se han crecido exponencialmente.
Por denuncias de prensa se ha conocido que, en el caso de Neiva, están al borde de cierre los servicios de la ESE municipal, Carmen Emilia Ospina, en sus cuatro sedes. Los únicos servicios de primer nivel de la ciudad. Me imagino que la situación en el resto de los municipios es parecida. Todo, porque las EPS, no están pagando por los servicios prestados.
El gobierno nacional nos está llevando a esta situación crítica por la incapacidad y la ignorancia con la que ha abordado un tema tan delicado y sensible como el servicio de salud. Se les advirtió, por conocedores y expertos que podríamos llegar a la parálisis que estamos empezando a vivir, de continuar con sus absurdas propuestas de “reforma” que no tienen pies ni cabeza.
Como usuario del sistema de salud, en representación de muchos, exijo que nos devuelvan el servicio de salud. Que saquen las sucias e incapaces manos de los Jaramillos, Corchos, y similares del manejo de algo en que nos jugamos la vida.
Neiva, 04 de noviembre de 2024