Por: María Clara Ospina
Si algo quedó claro en la votación del 13 de marzo, es que el candidato comunista NO tiene el triunfo asegurado pues hay mucha gente sensata y pensante que puede ver a través de las mentiras de dicho candidato y entiende como muchas de sus propuestas, cómo aquella de retornar los fondos de las pensiones a la administración del gobierno, pueden tener consecuencias funestas para los pensionados.
Quedó también claro que el centro derecha e izquierda está vivos y alertas, la derecha está unida y muchos, pero muchos jóvenes, no se han dejado lavar el cerebro de sus maestros “mamertos” y entienden el peligro de la amenaza comunista. Quedó claro que los candidatos del Equipo por Colombia actuaron con honorabilidad y respeto entre sí, como debe ser cuando uno anda entre gente buena. La política no tiene que ser sucia, ni seviciosa, ni llena de traiciones, como sucedió en los otros grupos.
Quedó claro que la mujer colombiana, por fin, ha ganado el respeto y la apreciación política que se merece en sus propios partidos y ante el votante independiente. Mujeres muy destacadas fueron electas para el Senado y la Cámara. Aunque no esté de acuerdo políticamente con algunas de ellas, las felicito a todas, porque desde 1958, cuando las colombianas votaron por primera vez, la lucha por obtener la equidad en el legislativo y el ejecutivo ha sido ardua e injusta pero ya estamos por lograrlo. Creo que temas muy importantes unen a las mujeres: la defensa de la integridad física y la igualdad social de la mujer, el bienestar de la familia y la defensa del medio ambiente.
El abanico de precandidatos que se presentó a la consulta, quizá absurdo por su cantidad y la inexperiencia de algunos, no dejó de ser importante pues demostró que hay mujeres y hombres, de todos los caminos de la vida, interesados en gobernar y en participar activamente en política. La política nacional se está renovando en todo sentido. El paisaje de líderes para el futuro es valioso. Quedó claro que Colombia es una democracia viva. Ojalá no se atraviese un comunista disfrazado de inocente oveja y acabe con todo.
Felicito de todo corazón a Federico Gutiérrez, ganador de la consulta del equipo por Colombia, que hoy, sin duda, se ha convertido en la esperanza de Colombia. A Fico le sobran carisma, honestidad, preparación y “pantalones bien puestos”, algo fácil de ver en todo lo que hace y dice.
Vuelvo a felicitar a David Barguil, precandidato del Partido Conservador por la actitud siempre positiva y de concordia con que llevó su campaña. Barguil es el modelo del conservador moderno: joven, echado pa´lante, preparado a aceptar e implementar ideas de cambio y de modernización, pero muy consiente de los pilares de la doctrina conservadora: familia, orden, tradición. Hoy, el conservatismo debe ser un abanderado de la defensa del medio ambiente, la inclusión social y, como siempre, el gran defensor del campo y los campesinos por quienes el partido se la debe jugar toda.
Muy especialmente congratulo a Iván Zuluaga, candidato del Centro Democrático, quien declinó su candidatura a favor de Fico. Qué gallardía, qué sencillez, qué inteligencia. Se requiere ser muy hombre para actuar como lo hizo. Vamos por el triunfo ¡Hay con quien!
