Los monjes de la Edad Media narraron de manera indirecta la historia que vincula los eclipses lunares y las erupciones volcánicas. En la actualidad, los científicos precisan importantes hallazgos.
Por: Angélica Andrade
Como es entendido, los eclipses lunares se generan en el momento en el que un satélite es oscurecido por la sombra del planeta Tierra que evita la iluminación por parte del Sol, haciendo que la Luna pierda su brillo característico y se reduzca a un consumido círculo de color rojizo que difiere según características particulares de tiempo y espacio.
Es así como el reconocido investigador y astrónomo francés, Camille Flammarion, constató en 1.884 que tal circunstancia el color rojizo de la Luna durante los eclipses difiere, sugiriendo para la época una conexión con la erupción cataclísmica del volcán Krakatoa, producida en el estrecho de Sonda en las Indias Orientales Neerlandesas, hoy Indonesia.
En coherencia con la magnitud de la erupción, que es considerada uno de los eventos más destructivos y letales que se han registrado, con explosiones fuertes que se escucharon a 3.110 kilómetros, cerca de Perth, en Australia Occidental. Esta, además, lanzó una gran cantidad de polvo.
Le puede interesar: La NASA presentó a los astronautas que viajará a la Luna
Dicho vínculo fue analizado recientemente con la erupción del volcán filipino Pinatubo, en 1991, según aclaró a la AFP, Sébastien Guillet, de la Universidad de Ginebra, autor principal de la investigación publicada.
En este caso, la montaña padecía una considerable transformación de erosión, pese a que estaba cubierta por un espeso bosque donde vivían cientos de habitantes pertenecientes a la comunidad aeta.
«Estaba escuchando el álbum ‘La cara oculta de la Luna’ de Pink Floyd cuando me di cuenta de que los eclipses lunares más sombríos se produjeron aproximadamente un año después de grandes erupciones volcánicas», argumentó Guillet para la revista Nature.
En este contexto, las erupciones crearon su huella en zonas heladas, evidentes a través de los análisis de ejemplares cilíndricos de hielo, herramienta esencial para explicar el clima hace miles de años.
