Ruber Bustos Ramírez
El próximo jueves 27 de junio, la Federación Nacional de Cafeteros cumple 97 años, un hito que me llena de orgullo como parte de esta gran familia cafetera. Desde 1927, hemos sido testigos y protagonistas del crecimiento de Colombia, no solo por la importancia del café en la economía del siglo XX, sino también por nuestro compromiso con el desarrollo rural en más de la mitad de los municipios del país.
Soy un orgulloso caficultor del centro del Huila, de una familia que desde hace cuatro generaciones ha sido federada, y ha sido participe de todos los desafíos, retos superados y logros de tan importante institución, que al igual que el café de la mañana, es fuerte, reconfortante y para todos.
Es imposible no emocionarse al reflexionar sobre los cimientos que hemos construido con tanto esmero. Nuestra capacidad de gestión, transparencia y profesionalismo nos ha permitido ganar reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional. El Profesor Yarumo, con su labor educativa y de bienestar, ha sido un pilar fundamental, difundiendo conocimientos y apoyando las labores del Servicio de Extensión. Juan Valdez, nuestro embajador, simboliza los valores y tradiciones de nuestra cultura cafetera, llevando el Café de Colombia a cada rincón del mundo.
Cada grano de café que cultivamos no solo es fruto de la tierra, sino del esfuerzo incansable de nuestros caficultores. Contamos con comités departamentales y municipales, lo que nos permite tener una estructura sólida y bien organizada, pues son elegidos en las Elecciones cafeteras que se realizan cada cuatro años, lo que es un testimonio de nuestra legitimidad y representatividad.
Tenemos oficinas de representación en Estados Unidos, Holanda, Japón y China, mercados claves para el café colombiano. Somos una entidad privada y federada, con una estructura administrativa y gremial que nos permite gestionar eficazmente los recursos del Fondo Nacional del Café (FoNC).
El manejo del FoNC, nos permite financiar bienes y servicios públicos que benefician a todos los caficultores. Esto incluye la garantía de compra, la investigación científica y tecnológica, la asistencia técnica y las labores de promoción y comercialización que han posicionado al Café de Colombia como el mejor café suave lavado del mundo.
Construir sobre nuestros cimientos es vital; no podemos permitir que aquellos que no comprenden nuestro valor sugieran destruir lo que con tanto esfuerzo hemos construido. Mirando al futuro, nos guía la sostenibilidad y el buen gobierno. Por lo cual, nuestra meta al cumplir 100 años en 2027, es ser un sector completamente sostenible en todas sus dimensiones: económica, social y ambiental.
La FNC ha sido y seguirá siendo una fuerza unida, sólida y democrática. Nuestro compromiso es trabajar por otros 100 años, por generar valor para los productores y las zonas rurales de Colombia, por ser una institución que es para todos: costeños, opitas, paisas, vallunos, pastusos, cundiboyacenses y santandereanos. Es llegar a ser más país, más desarrollo, Más Federación.