Hace algunos días se nos ocurrió regresar a una de las páginas que las redes sociales tienen dedicadas a la actividad profesional y fue así como descubrimos una serie de elementos válidos en el trasegar de las oportunidades laborales y académicas que allí se congregan y que concentra muchas expectativas para quienes de una u otra forma, buscamos permanentemente hacer contactos o dar a conocer nuestras inquietudes o nuestras perspectivas del perfil, de la experiencia y de acercamiento con otras personas en ese mismo propósito o rol de vida que nos aproxima y nos descubren ante el mundo.
Alguien de esos grupos al ingresar a nuestra página, sugirió la necesidad de verificar nuestra hoja de vida profesional, laboral, académica y de gestión cultural y así nos lo pidió.
Se me ocurrió evocar o desentrañar lo que son las hojas de vida que con el paso del tiempo hemos tenido la posibilidad de presentar o en la que nos hemos escudado cuando de alcanzar una meta o exhibir nuestra semblanza lo hemos hecho o hemos buscado alternativas laborales, siempre llegando a los otros y oh sorpresa, cuando descubrimos que la forma de presentación de las hojas de vida, ha evolucionado lo suficientemente como para que hoy, sea un esquema completamente diferente al que otrora ocupó nuestro tiempo o en el que sumábamos cursos, trabajos eventuales, seminarios e incluso diplomados sin mayor trascendencia, que hacen parte de un proceso cultural, pero que en el fondo, no inciden en el perfil profesional que hoy en día se busca.
Recuerdo a un compañero del diplomado hace muchos años, con la innovación del sistema penal acusatorio en Colombia, y por entonces, el ilustre profesional que tenía el carisma de exmagistrado y de gran profesional del Derecho, advertía que se ocupaba de participar en el evento, por un ejercicio de físico novedad cultural, idea que compartimos siempre como un escalón más para abrevar una serie de ideas, pero que no consideraba que pudiera trasformar su bagaje jurídico, y que por el contrario, ese diplomado no sería nada más que un simple barniz cultural al que había incursionado.
A decir verdad, los profesionales tenemos que aceptar que hay muchos seminarios, muchos talleres y muchos eventos académicos, que a la postre, no son menester refrendar en una hoja de vida, por cuanto, no constituyen la esfera o el centro de atención de un proceso formativo académico o profesional, sino que son simples elementos accesorios que en últimas refrendan o convalidan los conocimientos primarios que algún día hemos conocido o en los cuales, profundizaremos, pero que a la postre, solo cuando se consoliden en parte del proceso de construcción o de formalización académica con ensayos o producciones literarias o científicas, es cuando esos cursos de verano, pueden dar lustre o informar mejor, lo que significó para nosotros su experiencia o su conocimiento.
Después de una revisión de lo que es y lo que significa ese CV o currículum vitae terminé por convencerme de que una Hoja de Vida, es un medio para evocar y dar a conocer esas habilitades o destrezas que el conocimiento académico y la experiencia profesional nos han enseñado, pero en suma, al finalizar después de advertir con el paso de las revisiones o con ese traer o recordar fechas y actuaciones o eventos o cursos o actividades que valieran la pena resaltar, terminé por mirarme en el espero y descubrir que con hoja de vida o sin ella, siempre somos los mismos, tenemos nuestras propias falencias, conocemos de nuestras capacidades y tenemos la opción y la posibilidad de asumir esas responsabilidades, cuando el otro, los otros, los que están a nuestro alrededor, saben perfectamente cómo hemos sido en nuestra vida personal y como hemos entendido la vida de los otros. Solo así entendemos que todo sigue su curso y que nada cambia y que la sociedad es nuestro más hermoso nicho a donde lo que se diga o lo que se escriba, queda latente y se lleva para siempre en la personalidad que todos los días exigimos o demandamos con nuestros propios actos.
Con hoja de vida o sin ella, somos los mismos, y siempre somos lo que somos. Dijo el poeta.