Es estimulante leer la nueva mirada que la interacción Cámara de Comercio y Departamento del Huila, propone para impulsar estratégicamente tanto a Neiva como al territorio en una prospectiva de largo plazo. Proyectos como Huila E y el Centro de Innovación y Productividad, surgen desde la percepción de un departamento enfocado hacia el éxito, el emprendimiento, el empresarismo, la educación, la excelencia, la economía, aunado a la política pública de emprendimiento, empresarismo e innovación. Son dos iniciativas que surgen desde un elemento instrumental común: el aprovechamiento de dos complejos arquitectónicos de la capital huilense, que de alguna forma representan inversiones fallidas. El Centro Comercial El Oasis en el sur de Neiva y el Recinto Ferial La Vorágine contiguo al Centro de Convenciones José Eustasio Rivera. Y digo fallidas por cuanto ni la una ni la otra llegaron, ni llegan a concretar sus propósitos traducidos en el impulso de apuestas productivas del territorio desde el eslabón estratégico de la comercialización.
El Oasis nunca despegó, pese al esfuerzo de sus inversionistas quienes vieron cómo poco a poco sus presupuestos de ventas jamás arrancaron, hasta el punto de llevar a varios a la quiebra. Por fortuna, la Cámara de Comercio de Neiva ha intervenido y hoy como dueña de cerca del 70% la edificación, lidera desde su músculo institucional y financiero, la reconversión del especio hacia la creación del Centro Empresarial Huila E, con una inversión de alrededor 8.000 millones de pesos, como una respuesta efectiva a las necesidades de los emprendedores del Huila que a veces se ven frustrados por falta de apoyo institucional.
De acuerdo con su presidente Ariel Rincón Machado, más del 60% del personal asesor de la Cámara de Comercio del Huila, se trasladará al nuevo centro de emprendimiento, para impulsar el logro de sus objetivos y se estima que “Huila E” estará listo en marzo de 2022. Al mismo tiempo, las instalaciones del actual Recinto Ferial La Vorágine, serán objeto de una reingeniería orientada a la generación de los espacios del Centro de Innovación y Emprendimiento, soportado en seis pilares contemplados en la recién creada política pública de emprendimiento, entre los que se destacan el entorno favorable, el capital humano, el financiamiento y la gestión tecnológica. Las obras tendrán una inversión cercana a los $10 mil millones de pesos y se prevé que estarán listas en junio del próximo año.
Por supuesto que se nota el esfuerzo de las dos entidades por concebir proyectos de beneficio que trascienden el horizonte de Neiva, el Huila y llegan hasta el surcolombiano. En cuanto al planteamiento de la Cámara de Comercio del Huila, existe una notable posibilidad de que tenga éxito, dados los criterios técnicos y de administración que la entidad demuestra en sus diferentes frentes de trabajo. En cuanto al cometido del Departamento en la reconversión del Recinto Ferial, preocupa de entrada la variable: administración. Si, por que, si esto no se garantiza de forma eficiente, el sueño del emprendimiento y la innovación fallecerán indefectiblemente como las ferias que no han llegado como debieran al Recinto y el mismo, a solo 7 años de inaugurado, luce improductivo, vetusto, desueto, normalmente más solo que perro sin amo en una casa abandonada. Ciertamente, si se compara esta edificación con su vecina, el Centro de Convenciones José Eustasio Rivera, 15 años mayor en funcionamiento, pues luce mucho mejor el viejo, que el joven recién recibido en sociedad. Aunque hay que decir que tampoco el Centro de Convenciones ha logrado concretar los objetivos para los cuales se creó: allí hay uno que otro evento, mas no ha logrado ser el espacio de convenciones, negocios, buró de convenciones, agenda nacional en el sur para las grandes apuestas productivas de reconocimiento a nivel país como el café, cacao, piscicultura, turismo, entre otras.
Por eso preocupa mucho que, una vez reconstruido el Recinto Ferial, ahora renombrado como: Centro de Innovación y Emprendimiento, tenga que ser objeto de nombramiento de cuota políticas, con designación de un gerente que puede tener alguna cauda electoral, pero que padezca de una incurable miopía en los negocios, la misma que durante décadas sufren dirigentes mohosos de la cosa pública en cuyas manos han muerto promisorias inversiones como: Procefrutas, Conasa, Corforestal, entre otras.