Las recientes proyecciones climáticas para el Huila indican un aumento en la intensidad de las lluvias durante las próximas semanas, lo que ha generado preocupación por los posibles deslizamientos y emergencias en las zonas más vulnerables del departamento. Con puntos críticos identificados en diferentes municipios, las autoridades locales se preparan para enfrentar los retos que trae la variabilidad climática.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
POR: ALEJANDRO POLANCO
El departamento de Huila enfrenta una seria amenaza climática ante el incremento de lluvias previsto para la segunda mitad de noviembre, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM). Los pronósticos alertan sobre una intensificación de las precipitaciones que afectará a las 46 zonas críticas identificadas en 22 municipios, exponiendo a las comunidades a riesgos significativos de inundaciones.
La región ha experimentado una variabilidad inusual en su patrón de lluvias. Mientras que el centro y norte del departamento han registrado precipitaciones leves y moderadas, en el sur y occidente se ha observado un retraso significativo. Anteriormente, las lluvias se concentraban en octubre; sin embargo, este año, las precipitaciones relevantes se están desplazando hacia noviembre. Esta situación pone en alerta a las autoridades locales, que han comenzado a preparar medidas de prevención y respuesta para mitigar el impacto.
Se espera, además, un incremento de la temperatura entre 0.5°C y 2°C en varias zonas, lo que podría ser atenuado en parte por la llegada de vientos frescos. No obstante, las lluvias ligeras que acompañarían este fenómeno no serían suficientes para reducir de manera significativa los riesgos que representan los desbordamientos y deslizamientos, especialmente en áreas con alta susceptibilidad geológica.
Municipios vulnerables
El departamento también enfrenta un riesgo considerable de deslizamientos de tierra en 46 puntos críticos distribuidos en los 22 municipios. Los deslizamientos, que se intensifican con las lluvias, representan un peligro inminente para las comunidades, dado que pueden interrumpir la conectividad vial, colapsar viviendas y destruir cultivos e infraestructuras esenciales como puentes y sistemas de acueducto. La Oficina para la Gestión del Riesgo ha insistido en la necesidad de que cada municipio revise y actualice sus planes de contingencia, incluyendo estos puntos críticos, para garantizar una respuesta rápida y coordinada en caso de emergencia.
La Oficina para la Gestión del Riesgo de Desastres ha identificado municipios como Algeciras, Aipe, Baraya, Campoalegre, Acevedo, Colombia, Elías, Gigante, Guadalupe, Isnos, La Argentina, La Plata, Neiva, Palermo, Pitalito, Rivera, Tarqui, Tello, Teruel, Timaná y Villavieja como los municipios con mayor vulnerabilidad. Estos municipios, al estar ubicados cerca de fuentes hídricas, han enfrentado históricamente crecientes súbitas e inundaciones que afectan viviendas, cultivos e infraestructuras críticas. Las autoridades municipales han sido instadas a fortalecer sus sistemas de monitoreo y activar sus planes de contingencia para enfrentar cualquier eventualidad derivada de la intensificación de las lluvias.
Preparación y respuesta
Los consejos municipales para la gestión del riesgo de desastres han recibido instrucciones para trabajar de la mano con las comunidades en la identificación de riesgos y en la implementación de medidas preventivas. Es fundamental que los habitantes de las zonas críticas conozcan los riesgos a los que están expuestos y colaboren con las autoridades para evitar tragedias. La creación de refugios temporales, la señalización de rutas de evacuación y la capacitación de las brigadas de emergencia son algunas de las acciones que se están desarrollando en conjunto con los organismos de socorro.
Isabel Hernández, jefa de la Oficina para la Gestión del Riesgo, destacó la importancia de actuar antes de que las lluvias se intensifiquen. “Es fundamental que todos los actores involucrados, desde los alcaldes hasta la ciudadanía, estén preparados y adopten las medidas preventivas necesarias para salvaguardar sus vidas y bienes”, comentó Hernández. Asimismo, hizo un llamado a las autoridades para que mantengan una vigilancia constante en las zonas más vulnerables y activen los protocolos necesarios para garantizar la seguridad de la población.
Datos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) revelan que entre 2010 y 2023 se registraron más de 6.500 emergencias relacionadas con inundaciones, avenidas torrenciales y movimientos en masa en la Región Central. Esta cifra evidencia la vulnerabilidad de la región ante eventos climáticos extremos.
Proyecciones para las Próximas Semanas
Con las lluvias que se pronostican para noviembre, el Huila enfrenta semanas de alta incertidumbre climática. Los expertos advierten que las emergencias pueden multiplicarse si no se toman medidas preventivas adecuadas. La Oficina de Gestión del Riesgo ha establecido líneas de acción claras para enfrentar estos desafíos, pero su éxito dependerá de la colaboración y preparación de las autoridades locales y de la comunidad en general.
El IDEAM recomienda que se implementen sistemas de monitoreo en tiempo real y se refuercen los planes de contingencia en las comunidades afectadas, asegurando que se dispongan de recursos y protocolos claros para actuar ante cualquier eventualidad. La información técnica proporcionada por esta entidad es fundamental para que las autoridades y la población estén debidamente informadas y preparadas para enfrentar las inclemencias del clima.
También dada la dinámica de la temporada, es preciso que los sectores de infraestructura vial, transporte, servicios públicos, recreación y demás, tengan en cuenta que se mantiene la amenaza por remociones en masa en áreas inestables de ladera.
En los próximos días, se espera que los municipios con mayor riesgo terminen de activar sus planes de contingencia y refuercen las medidas de monitoreo. Las familias que residen en zonas vulnerables deben estar atentas a las alertas emitidas por las autoridades locales y prepararse para evacuar si la situación lo exige. Con una acción conjunta y efectiva, el departamento espera minimizar el impacto de estas lluvias torrenciales y los deslizamientos que se prevén, protegiendo así la vida y el bienestar de sus habitantes.