por: Gerardo Aldana García
Se conoció el listado de los diferentes lugares del país en los cuales se desarrollan desde el pasado 15 de septiembre, los diálogos regionales vinculantes para la construcción del plan nacional de desarrollo del gobierno del Presidente Gustavo Petro para el periodo 2022 – 2026. Se trata de la convocatoria a 48 sesiones de trabajos convocadas en las regiones de la geografía colombiana, liderada por Planeación Nacional con participación de delegados del gobierno del alto gobierno.
El listado contiene en realidad 50 municipios y ciudades capitales y define los temas que en los mismos se van a abordar como elemento central y, adivinen, el Huila aparece con Pitalito como lugar del dialogo regional y el escenario que se abordará será el deporte. Es bueno que el deporte este en la retina nacional para impulsar su desarrollo; bien por nuestros deportistas. Sin embargo, llama profundamente la atención que dichos diálogos inspirados, según el propio presidente, en una movilización social, diálogo abierto y sin temores, habrán de servir de escenario para la decisión ciudadana que forja una visión común para cada territorio y se vuelva ley de la República en el Plan Nacional de Desarrollo, consensuada desde una democracia multicolor profunda, capaz de señalar en cada territorio el camino de la soberanía popular y de la paz.
Pero ¿qué del Huila cuya vocación y economía son preponderantemente emergidas desde el sector agropecuario? Se les olvida a los magos de la planificación del desarrollo, de qué vivimos los huilenses. Primer productor nacional de café con más de 83.000 familias dedicadas al sector, cerca de 8.000 adicionales dedicadas al cultivo del cacao. Primer productor nacional de mojarra roja. Destacado dentro de los cinco departamentos como mayores productores de panela. Importantes zonas de producción de frutales de clima frío y extensiones notorias de producción arrocera, entre otros renglones generadores empleo, riqueza, bienestar. Y, ¿esto no obsta para que el gobierno nacional lea la importancia del sector agropecuario huilense y lo incluya con todo esmero en el diálogo pro desarrollo del territorio?
Los huilenses recordamos que una de las propuestas que seguramente coadyuvó a que Gustavo Petro sacase en Huila, en segunda vuelta para la elección de Presidente, un total de 216.533 votos, fue justamente su compromiso con el campo y dentro de este lanzó con bombos y platillos la muy interesante propuesta de energía solar que se originaría desde el Desierto de La Tatacoa, como una alternativa auto sostenible y auto sustentable para impulsar la economía de la región. Pues bien, temas como este deberían ser prioritarios en el dialogo regional vinculante que realiza el gobierno nacional. Pero todo indica que esto no va a ocurrir; las metodologías del dialogo tienen un libreto y, para Huila, es un hecho que el foco será el deporte. Desconsuela mucho que siendo los opitas un territorio que creyó en Petro, no obstante haya quedado de segundo, luego del candidato Hernández, y que le mereció sacar una representante a la Cámara por el Pacto Histórico, se insinúen de forma tan tímida en este primero, pero clave momento para el desarrollo regional, con una apuesta que, repito si bien es justo tenerla en cuenta, no es la de mayor prioridad para los huilenses. Mal por la dirigencia opita del Pacto Histórico y muy mal por los líderes políticos tradicionales que tiene representación en la cámara baja del congreso y algunas cuotas por ahí en el gobierno nacional.
El fuera de foco del tema del diálogo regional Huila que tendrá lugar en Pitalito, el jueves 3 de noviembre próximo bajo la coordinación de la gloria del deporte nacional y muy querida por todos los colombianos María Isabel Urrutia, evidencia la carencia de liderazgo de la clase política opita que, al parecer se esfuerza solo por lograr cuotas burocráticas que en visibilizar el territorio, su pueblo, sus fortalezas, pujanza y las necesidades apremiantes cuya atención del gobierno nacional debe ser atraída y concretada en recursos, obras, inversiones bien concebidas y ejecutadas con transparencia, efectividad y honradez, aunque pareciera que de esto hace ya rato que la dirigencia política se hubiese olvidado.
