El Huila es el tercer departamento de Colombia donde más se consume licor, según las cifras del Ministerio de Salud, reportadas por la Secretaría de Salud Departamental.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
Por: Angélica Tatiana Andrade Quimbaya
A partir de la encuesta nacional que realizó el DANE durante el año 2021, se ha hallado que el departamento del Huila ocupa el tercer lugar a nivel nacional, después de Cundinamarca y Boyacá, con más consumo de licor, cifras que muestran un estado superior frente al de zonas del norte del país y la costa pacífica que, cualitativamente se podría inferir como las regiones donde la comercialización es alta, según explicó el profesional de la Secretaría de Salud Departamental, encargado del Consejo Seccional de Estupefacientes y el Comité de Drogas del Departamento, Marlio López Donato.
“Encontramos lastimosamente que somos el tercer departamento con las cifras más altas en consumo de licor, por encima de algunos municipios de las zonas Atlántica y Pacífica que, se supondría, es donde más se consume, pero nosotros estamos muy por encima, es más, los departamentos del norte del país aparecen distanciados en el listado”, manifestó el profesional.
En cuanto a la edad media de iniciación del consumo de licor en los jóvenes, a partir de la caracterización bienal realizada por la Secretaría de Salud Departamental, se identificó que se está dando desde los 13,1 años, en promedio.
“Nosotros tenemos una edad de inicio preocupante porque mientras que la media nacional es de 17,8 años, en nuestro departamento es desde los 13,1 años. Acá hay que tener en cuenta que esa es la edad media puesto que tenemos niños y niñas consumiendo bebidas alicoradas desde los 8 años y esto lo hemos podido registrar a través de las intoxicaciones que reportan desde las secretarías de salud de los municipios, lastimosamente el consumo en el departamento es muy alto, según la encuesta que estamos adelantando para el observatorio de consumo de licor que el ministerio ya está evidenciando y priorizando como un problema de salud pública, empezamos a revisar y analizar los registros que tienen todas las secretarías de hacienda sobre la venta de alcohol registrada, esto teniendo en cuenta que hay un subregistro del 30 % que viene ilegal, puesto que lo traen de otros departamentos, es decir, estamos hablando solamente de los productos que están registrados como la cerveza, algunos alcoholes embotellados y, sobre todo, el aguardiente Doble Anís del que tenemos registros claros sobre el nivel de ventas”, expuso López Donato.
Factores de riesgo
Para la Organización Mundial de la Salud, el alcohol es considerada una sustancia psicoactiva con características que causan dependencia y que, por su utilización en distintas culturas desde hace siglos, se ha posicionado ampliamente como algo socialmente aceptado. No obstante, su consumo excesivo genera una alta incidencia en la morbilidad, además de las considerables repercusiones sociales y económicas que también puede llegar a afectar a otras personas cercanas como amigos, familiares o vecinos.
Estadísticamente, el licor es un constituyente causal de más de 200 enfermedades, traumatismos y otras situaciones asociadas a la salud, el bienestar y la calidad de vida, entre los que se encuentran episodios mentales y de comportamiento, cirrosis hepática y ciertos tipos de cánceres y enfermedades cerebro cardiovasculares.
En lo que respecta a los factores de riesgo en el departamento del Huila, López Donato mencionó que el involucramiento parental es uno de los factores que más inciden en el consumo de licor: “Nosotros tenemos que esto no es un tema cultural porque cuando uno habla de cultura, uno hace referencia a un valor y lo que tenemos acá son unas malas prácticas en la población del departamento del Huila porque hemos normalizado conductas que creemos no son perjudiciales, hemos llegado a desensibilizarnos frente al tema y una de esas problemáticas tiene que ver precisamente con la normalización del consumo de licor porque hacemos fiestas desde el bautismo de los niños y las niñas, la primera comunión, los cumpleaños, los quince años, los matrimonios, mejor dicho todo lo que tiene que ver con la afectación a menores que empiezan a crecer viendo que es normal el consumo de licor”, aclaró el funcionario.
De igual manera, se ha identificado que otro aspecto esencial son los asuntos de convivencia que provocan hechos de violencia, sobre todo en la familia, puesto que se ha identificado un incremento considerable en los actos de intimidación en contra de las mujeres, violencia intrafamiliar, riñas callejeras y conflictos con los vecinos por temas relacionados con la intolerancia.
“En este asunto de los conflictos con los vecinos hay una particularidad porque un habitante de cierto sector no puede reclamar sus derechos y, a raíz de eso, tenemos muchos problemas de convivencia y poco control por parte de las autoridades sobre todo en algunas ciudades como Pitalito, Garzón, La Plata y Rivera, pero en especial Neiva donde hay poco control de la venta de alcohol en menores de edad porque no hay instrucciones claras sobre la protección al menor en lo que respecta al consumo de licor, por parte del gobierno del municipio, por ejemplo, sobre la carrera quinta es usual ver menores de edad consumiendo, pero no se toman medidas suficientes con la excusa de contribuir a que los comerciantes se recuperen económicamente de la crisis que generó la pandemia, pero no se está velando por la protección de los menores”, dijo López Donato.
En lo que respecta a la estrategia Pactos por la Vida del Ministerio de Salud y Protección Social, donde se fundamentan los principios y estructuras de acciones para disminuir el consumo problemático de alcohol, que se desarrolla de manera articulada entre las instituciones y los establecimientos comerciales, López Donato hizo referencia a las reiteradas excusas de algunos líderes o administraciones municipales.
“Por ejemplo en el corregimiento del Caguán continuamente están dando apertura a sitios donde se comercializa licor, lo mismo ocurre en Neiva donde en cualquier momento abren un lugar, independientemente de que sea un barrio o zona residencial”, opinó López Donato.
Consecuencias
Algunas situaciones que son consecuencia del consumo de licor se asocian directamente a los problemas de salud, de seguridad, sociales y económicos, que podrían disminuir notoriamente si los gobiernos planean, ejecutan y cumplen las políticas y estrategias formuladas, conduciendo algunas acciones a la regulación de la comercialización de bebidas alcohólicos, especialmente a los menores de edad y promover la normativa sobre la conducción de carros y motos en estado de embriaguez, según la necesidad y las estadísticas de cada región.
“El consumo excesivo de licor nos está generando en el departamento del Huila muertes por accidentes de tránsito que es lo que más marcamos, violencias, riñas, feminicidios, convivencia y salud mental, esta información es a partir de lo que conocemos por parte de las autoridades competentes que, además se relacionan con otros eventos de salud mental como estrés, depresión y ansiedad, describió López.
Por otro lado, desde la Secretaría de Salud Departamental está adelantando la caracterización que les permitiría establecer con más claridad los aspectos fundamentales y completos asociados el consumo de licor, puesto que no existe un registro con información clara debido a que no se han presentado casos de intoxicación en menores.
“Haciendo las comparaciones del año 2021 al 2022, se han incrementado las ventas de cerveza, por ejemplo, a septiembre de 2021 tenemos el registro de una venta de 13.805.802 docenas de cerveza, evidenciando un aumento en ventas de 1.069.946 decenas de cerveza, relación de la que hemos analizado que actualmente es más fácil adquirir cerveza importada que la nacional, toda vez que los supermercados continuamente hacen promociones que incitan al consumo puesto que se han dado cuenta que el departamento del Huila es hoy uno de los grandes consumidores. Otro asunto es la falta de control para la venta de vino, como nos damos cuenta, en el Huila tenemos una ruta turística alrededor de esto, pero todos los vinos no cuentan con ningún tipo de control sanitario, aún no hemos tenido registros de intoxicaciones, pero es un riesgo. Estas alertas están claras en el departamento y lo que necesitamos es el cumplimiento conjunto de la estrategia, actividad que ha resultado difícil en una región como la nuestra”, agregó López.
El ABC
Desde la propuesta del “Saber beber, saber vivir”, del Ministerio de Salud y Protección Social, se ha establecido el ABC del saber beber que hace referencia a ocho puntos incluidos en el Decreto 120 del 21 de enero de 2010, a través del cual la Presidencia de la República adoptó medidas para mitigar el impacto que genera el consumo de licor. En este sentido, con la intención pedagógica y didáctica, se emplearon ocho palabras, siete de ellas que inician con la letra C, entre las que se encuentran Conflicto, Comportamiento, Conducción y Compañía.
· Calidad: Se busca la adecuada selección de las bebidas alicoradas, previendo garantizar la pureza de los procesos de producción de alcohol, ya se trate de fermentaciones o destilaciones.
· Cantidad: Volumen de licor por lapso de consumo, evitando consumir máximo un sorbo o vaso por hora.
· Consistencia: Duración en el consumo del mismo tipo de bebida durante la ingesta, evitando las mezclas entre bebidas alcohólicas destiladas y fermentadas.
· Comida: Ingesta de alimentos nutritivos antes y durante el consumo de alcohol, acción que contribuye a disminuir la velocidad con la que se absorbe el licor en el organismo, reduciendo los riesgos por pérdida rápida del autocontrol.
· Compañía: Permanecer con personas de confianza con quienes se pueda disfrutar y compartir durante el consumo de licor.
· Acompañamiento: Confirmar la presencia de autoridades e instituciones sociales y comunitarias que, en conjunto con los propietarios, administradores y trabajadores de los establecimientos de consumo de licor, desarrollan labores en pro de disminuir el daño y el riesgo en sitios de consumo abusivo, sobre todo los fines de semana.
· Conflicto: Tipificación de las situaciones por las que cruza la persona y/o el grupo que bebe, al igual que los riesgos asociados.
· Comportamiento sexual: Planeación con respecto a campañas que promuevan el uso de preservativos.
· Conducción: Garantizar que quien consume licor entregue las llaves para que no conduzca o se transporte en vehículos conducidos por personas en estado de embriaguez.
