Aníbal Charry González
Ahora que el Gobierno del presidente Petro ha presentado una propuesta de reforma carcelaria con el fin de humanizar las cárceles para tratar de resolver el aberrante e inhumano hacinamiento carcelario que en algunos casos ha superado el 300 por ciento de la capacidad carcelaria; quien se puede oponer a la reforma con el propósito de que cumpla su finalidad humanitaria.
No obstante para hacer realidad su loable empeño, es necesario que se diseñe una verdadera política penal y carcelaria que nunca hemos tenido, apelando siempre a la coyuntura para tratar de resolver el siempre crítico problema, cual es el de eliminar al desgaire algunos delitos sin consultar nuestra realidad social y desocupar las cárceles como lo propone el ministro de Justicia, entre ellos el de inasistencia alimentaria, que es uno de los que más se cometen en este país de paternidad irresponsable, que sin duda afecta a las mujeres como madres que tienen que reclamar por esta vía alimentos para sus hijos.
Por eso tienen razón las ONG defensoras de los derechos de las mujeres al oponerse a su despenalización, que es el único instrumento efectivo para que los padres irresponsables que son muchedumbre cumplan con su obligación alimentaria. “El delito indudablemente es una de las pocas herramientas que tienen las mujeres para reclamar derechos en algo tan básico como que sus hijos puedan comer. Borrar el delito le quita la fuerza al proceso de reclamación de derechos de las mujeres y le sigue poniendo todo el beneficio a los victimarios y no a quienes necesitan el derecho”, dijo con acierto Jineth Bedoya editora de género de EL TIEMPO.
Porque una auténtica política penal y carcelaria no es simplemente eliminar delitos y desocupar cárceles, sino también construirlas en condiciones dignas para que los presos puedan resocializarse trabajando como ocurre en otras latitudes, donde no solamente producen para procurarse su propio sostenimiento sino el de sus familias. Eso sí sería solución integral, porque en una sociedad siempre habrá delitos y delincuentes.