Martha Cecilia Andrade Calderón
“El Magdalena, río de alegrías y tristezas” es la exposición que esta por terminar del arquitecto Mario Guzmán Perdomo en la Aduana vieja de Barranquilla, escenario vital en donde el río le entrega sus aguas al mar, y el artista huilense le entrega, esta vez, su obra al caribe. Que se celebra del 4 al 30 de noviembre del presente año.
El pintor, paisajista y escultor ha querido referirse en su exposición, al río Magdalena, considerado como la joya hídrica que tiene la nación, para hacerle un homenaje artístico, a lo que representa, y ha sido su presencia en la historia de Colombia. Guzmán con su proyecto rastrea su cauce, desde su origen, se detiene en la biodiversidad de su recorrido, hasta el feliz encuentro con su desembocadura en Bocas de Cenizas.
Bien lo afirma el artista “con esta muestra expreso del río, su belleza, armonía, transparencia, equilibrio, abandono, corrupción riqueza, olvido, destrucción”. Reafirma, la exposición, “es un llamado a que sintamos el río, lo pisemos, lo acariciemos, lo amemos; porque el agua es fuente de vida”.
La técnica utilizada en la exposición, es de ensamblaje, en ella se acoplan diferentes elementos dando vida a las esculturas. En la pintura utiliza el medio audiovisual de impresión sobre banner, interviniéndola con óleo. Con esto da un sentido de transparencia, que ha sido la impronta de su arte; con él llega a la esencia de los objetos, destacando sus atributos y matizando la depredación con la purga que le hace al convertirlo en arte para salvarlo.
El recorrido de su muestra, ofrece al visitante, en sus palabras, la riqueza natural y cultural, la abundancia, la diversidad natural y humana que ha tenido el río de la patria. Por esto evoca los bogas que movieron el país en su economía durante siglos, la alfarería con su cerámica de la Chamba, ladrilleras, la agricultura fertilizando las tierras, la acción creativa de nuestra cultura agustiniana, el transporte navegable del río, los astilleros constructores de canoas, balsas; la pesca, la cocina con sus sabores, texturas, paseos de olla, la aviación -acuatización-, los bailes cantados y fiesteros, los joyeros, el comercio con sus plazas en canoas, los músicos y la vida de artistas y compositores, como Villamil, Barros, Peñaranda entre otros.
El visitante de la muestra, tendrá la oportunidad de “volver a mirar el río, sentirlo, soñarlo y vivirlo”, cuando lo camine en el piso de la aduana, dibujado por el artista con vinilos a doble laminación, lo bordeará las esculturas ubicadas allí en su cauce, íconos de la historia de la violencia que ha confluido en las poblaciones a orillas de su margen. Son trípticos, retablos trabajados al óleo sobre madera, esculturas en ensambles de hierro, cacho, fundidos en deshechos religiosos, calavera de vaca y esculturas como la del chulo o gallinazo, vigilante que acecha siempre sus riberas.
El espectador podrá también disfrutar de las 19 bellas imágenes pintadas por la plástica de la mano del algecireño, en cuadros como las acuarelas de “El gran estrecho de Yuma”, “La creciente”, y “Riachuelos”; los óleos innovadores pintados en poliéster, “Alto Magdalena”, “Honda”, “La subienda”, “Cartagena”, “Barranquilla 1 y 2”, “Santa Marta”, “La ciénaga”, “Donde nacen las aguas”. Los óleos sobre lienzos y sobre madera, “las razas: blanca, mestiza y negra”, “Carpintero”. Todo un banquete pictórico del que podrán disfrutar los convidados caribeños.
Ojalá que esta magnífica exposición del maestro Mario Guzmán, hecha con esfuerzo personal y sin patrocinio ni ayudas gubernamentales, sea valorado en nuestra tierra y que llegue a engalanar algún recinto regional para exaltar a quien con su arte reivindica, como diría Cuervo, al río grande de la Magdalena. Su exposición exhorta al cuidado y a la protección del mismo. Aspiramos que este pintor huilense que ha llevado, a las salas nacionales e internacionales del mundo su trabajo, sienta alguna vez que en su patria chica, también es profeta.
