El fenómeno de El Niño, que ha intensificado la sequía en Colombia, ha generado graves consecuencias, entre ellas la preocupante proliferación de incendios forestales. Actualmente, el país enfrenta 26 incendios activos, siendo el departamento del Tolima el más afectado, con 12 conflagraciones, seguido por el Cauca con 8. La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd) informó que siete de estos incendios están controlados, mientras que en ocho de ellos se requiere la intervención de aeronaves para sofocar las llamas. En la operación participan 176 bomberos, 87 brigadas forestales, 76 miembros de la Defensa Civil, 29 de Ponalsar y 18 de la Cruz Roja, demostrando un esfuerzo conjunto para contener la emergencia.
La crisis no se limita a Colombia, ya que otros países de la región también enfrentan devastadores incendios forestales. En Argentina, la provincia de Córdoba ha sido escenario de 1.500 incendios en 2024, afectando más de 30.000 hectáreas, con áreas turísticas como Capilla del Monte gravemente dañadas y decenas de personas evacuadas. Las autoridades han señalado que gran parte de los incendios fueron provocados, lo que agrava aún más la situación.
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Brasil también enfrenta una crisis sin precedentes, registrando la peor sequía en 70 años, lo que ha exacerbado los incendios en la Amazonía. En lo que va del año, se han reportado más de 63.000 incendios, el doble de los registrados en 2023, afectando alrededor de siete millones de hectáreas. La sequía ha hecho que los niveles de agua en los ríos disminuyan, lo que facilita la propagación de las llamas y pone en peligro los cultivos y la biodiversidad de la región.
En Bolivia, la situación ha alcanzado niveles alarmantes, llevando al país a declarar una emergencia nacional. Más de 3.8 millones de hectáreas han sido consumidas por las llamas, y el país está a la espera de más ayuda internacional para combatir los incendios. Además, se ha emitido una alerta sanitaria debido a la calidad del aire en varias ciudades. Las autoridades locales ya cuentan con apoyo de Francia y Canadá para enfrentar la crisis.
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Finalmente, en Perú y Ecuador, la situación es igualmente grave. En Ecuador, 14 de las 24 provincias del país están en alerta roja debido a incendios que han afectado más de 23 millones de hectáreas. En Perú, la selva amazónica ha sido la más afectada, con 16 incendios activos y la muerte de 20 personas. Los expertos señalan que la magnitud de los daños ecológicos en áreas devastadas hace que la recuperación de esas zonas sea inviable en el corto plazo.
