Según información del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en el mes de enero del presente año, la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue de 1,67%, variación bastante significativa si la comparamos con el 0,41%, medición del mismo mes del año 2021. Incluso, haciendo una revisión retrospectiva, encontramos que, desde hace 23 años, más específicamente en enero del año 1999, no se presentaba un indicador de inflación tan elevado para el primer mes del año en Colombia. También es justo decir, que, no todas las inflaciones tienen la misma causa. La nuestra es provocada por la caída de la oferta, que, se genera a su vez por la caída de la producción, enmarcada en una inflación global.
Este panorama inflacionario, hace prever un futuro poco optimista para lo que falta del año 2022, y obliga la implementación por parte del gobierno de medidas que frenen este pico mostrado en el mes enero. Medidas que necesariamente generen el impacto esperado, y es aquí donde nos podemos preguntar, ¿si el incremento de las tasas de interés decretado por la junta directiva del Banco de la República es un mecanizo idóneo para controlarla? En mi opinión la respuesta es, depende, pues mayores tasas de interés deberían moderar la demanda y propiciar el ahorro, pero no se puede desconocer que el crecimiento de la economía en el largo plazo, como lo tiene previsto el gobierno nacional, no debería menguar la inversión y el consumo de los hogares, haciendo que la medida sea ineficaz.
Revisando los pronósticos económicos que realizan las principales firmas especializadas el año 2022 sobre Colombia, encontramos un consenso sobre lo que sería el crecimiento de la economía de nuestro país, y todos apuntan a que estaría entre el 4% y el 5%, apoyado según las mismas firmas en un crecimiento significativo de la inversión en el sector de la construcción, un mayor dinamismo del sector exportador, principalmente, asociado al sector de la minería. De igual forma soportado en un fuerte crecimiento del gasto público y una decidida y audaz política de recuperación del empleo formal.
Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que, los grandes retos para nuestro país del presente año, son: i) Controlar la inflación y los costos de la canasta familiar, para hacer valer el importante incremento del salario mínimo, ii) Frenar la devaluación de la moneda frente al dólar, con tasas de cambio superiores a $4.000, se afectan algunos productos básicos de la canasta familiar, iii) lograr la reducción de la pobreza y la desigualdad, hoy en Colombia hay 21 millones de personas en esta condición, iv) Mantener el crecimiento económico que, según la expectativa del gobierno debería rondar el 5%, v) reducir los índices de violencia e intervenir las zonas afectadas por los nuevos grupos armados al margen de la ley, vi) Mejorar la inseguridad en las ciudades. Hay muchas cosas por hacer y todos tenemos también mucho que aportar.