Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
He dicho en varios espacios y medios de comunicación que a la seguridad de la ciudad hay que prestarle más atención y que este tema no es solamente asunto del burgomaestre local y de la Policía Nacional, sino que de una u otra manera es cuestión de todos.
También he expresado abiertamente que es posible que la estrategia diseñada para contrarrestar el accionar delincuencial de quienes se dedican a cometer cotidianamente actos criminales, no sea suficiente o no esté bien formulada. Como estratega que soy, tengo claro que hay que teorizar para poder formular soluciones, por ello es preciso tener claro que se entiende por estrategia al conjunto de acciones que se exponen y despliegan, con el propósito de alcanzar objetivos a mediano o largo plazo. Dichas estrategias están conformadas por tácticas, que es un término que hace referencia al conjunto de acciones que permiten alcanzar objetivos a corto plazo. Y las acciones son actuaciones que se planifican con el propósito de ir alcanzando los objetivos trazados en las tácticas para poder lograr la gran meta esbozada en la estrategia.
También es importante conocer lo que es un plan o planear, para lo cual existe una definición básica que dice que esta expresión corresponde al planteamiento de unos objetivos y la determinación de los pasos sistemáticamente ordenados y organizados en una línea de tiempo para poder alcanzar dichos objetivos.
Por lo anteriormente expuesto queda claro que la estrategia debe ir unida a un plan de acción para poder lograr los propósitos que se definan, en este caso el de regresar la seguridad y la tranquilidad a los ciudadanos de la capital del departamento del Huila.
¿Quiénes deber ser los involucrados en todo este plan estratégico? pues es primera medida la Administración Municipal, la Policía Nacional en toda su extensión, la Fiscalía General de la Nación con CTI incluido, y la Rama Judicial. En segunda instancia, las empresas de seguridad privada que cuentan con personal entrenado y capacitado, y otras fuerzas del orden como el Ejército de Colombia. Y como tercer stakeholder, la población civil, es decir la ciudadanía en general.
Ese plan de acción debe estar diseñado para que se genere una verdadera articulación entre los grupos de interés anteriormente mencionados, pues de no ser así, no va a funcionar. Es necesario desarrollar acciones de inteligencia para que se puedan desarticular las bandas delincuenciales desde su base, dado que si la raíz queda activa es fácil revivir la estructura criminal.
Hay que acusar a los detenidos con base en el Código Penal, endilgando sin temores los delitos cometidos por los bandidos, por ejemplo, a una persona capturada e identificada por sus víctimas, o detenido en flagrancia cometiendo un delito como hurto, intimidando a su víctima con arma blanca o arma de fuego, debe ser acusado con base en dicho código, que según entiendo dice: “El hurto calificado con violencia tiene pena de 8 a 16 años de prisión y si dicha conducta se comete por alguna de las circunstancias descritas en el artículo 241 del Código Penal, se aumentará de la mitad a las ¾ partes”.
Yo estoy convencido que, con el liderazgo del alcalde de esta localidad, rodeado de las autoridades y de quienes administran justicia, pero además, respaldado por la población, se pueden lograr excelentes resultados, vamos a ver si atienden los aportes.
Adenda:
Causa simpatía la actuación saltimbanca o apayasada de algunos funcionarios públicos que se esponjan porque los mandatarios de turno, ya sea el regional o los locales, los nombran en un cargo para ser “servidores públicos”, pero se hinchan como sapos toreados y se les olvida la filosofía de su investidura, “el servicio público”, dicho en latín, “serve civibus”, que llevado al español significa “servicio a la ciudadanía”.
Comenzaré a investigar y corroborar dichos comportamientos para hacerles el llamado de atención público por medio de esta columna de opinión. Hay quienes actúan de tal manera que corroboran una simpática pero verdadera expresión utilizada por el expresidente AMLO. El exmandatario Andrés Manuel López Obrador afirmó en una conferencia de prensa, que: «cuando no hay principios y cuando no hay ideales, el poder atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos».