En medio de la más profunda crisis social, económica y política en que encuentra sumida la sociedad colombiana, provocada primero por la crisis sanitaria de la pandemia del Covid, y por otro lado, la parálisis de la dinámica productiva del país desde hace siete días, por el paro convocado por la movilización nacional por las Centrales Obreras y el Comité Nacional del Paro, contribuyendo a un desabastecimiento de alimentos, bienes y servicios que están colocando en serios aprietos a las familias que residen en las principales ciudades del país.
Pero la presencia de desadaptados sociales, han venido cometiendo actos vandálicos que han generado los más grandes hechos de saqueos y enfrentamientos con la fuerza pública, que nunca se había visto durante las últimas cinco décadas en el país. Los neivanos vivieron una noche de terror. Destrucción de instituciones bancarias, establecimientos comerciales, alcaldía de Neiva, entre otros, se convirtieron en foco de atención de los vándalos, que destruyeron todo a su paso.
Era una locura desenfrenada que jamás habíamos vivido en la capital del departamento del Huila.
Hay que destacar la iniciativa que tuvo el alcalde de Neiva, Gorky Muñoz Calderón que, junto con
su equipo de trabajo, inició un proceso de acercamiento con todos los actores que se encuentran
inmersos en estas manifestaciones, que tienen bloqueada a la ciudad y que están generando
desórdenes y alteraciones del orden público. Es loable la actitud del primer mandatario de los
neivanos. Desafortunadamente existen otros agentes externos a estas protestas sociales, que no
están dispuestas a atender estos justos reclamos de la administración municipal.
La ciudadanía en general debe rodear a las instituciones democráticas para frenar el avance de
estos grupos irracionales, que solo buscan la generación del caos y la anarquía en la región
surcolombiana. Igualmente es importante que el gobierno departamental, se una a estas sinergias
con el fin de buscar mecanismos que atenúen el impacto negativo a la sociedad huilense, que se
encuentra totalmente bloqueada y taponada, en todos los cordones viales de acceso a los
municipios. Desde que iniciaron estas manifestaciones el Gobernador del Huila ha brillado por su
ausencia, y es en estas situaciones donde los huilenses se preguntan ¿A dónde está?
Aunque tardío, es positivo que el gobierno nacional haya tenido la iniciativa de convocar a un
dialogo sostenido con los sectores sociales vinculados a las movilizaciones, que desde hace siete
días tienen en jaque a toda la sociedad colombiana. Estos acercamientos exploratorios, van a ser
muy complejos dadas las posiciones radicales de los sectores de la oposición, que solo buscan
obtener réditos electorales, con el fin de tomarse el poder en las próximas justas electorales que
se van a llevar a cabo en el 2022. Si este ambiente de violencia no se detiene, estaremos ad-portas
de que sucedan hechos imprevisibles en nuestra vida republicana.
