DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
Mi sobrino Bernardo Martínez y su padre Ricardo, me enviaron videos de la experiencia reciente vivida en San Francisco, California, cuando solicitaron un Uber mediante la aplicación. Les llegó un carro SIN CONDUCTOR. Pero no para que ellos lo manejaran sino conducido por Inteligencia Artificial. Es asombroso ver la silla del conductor vacía y el timón del vehículo virando hacia el lado que debe cruzar o deteniéndose en un semáforo, o parqueando para recoger o dejar sus pasajeros. Todo perfectamente programado, una voz similar a la que utiliza el Waze les va explicando detalles. El mundo tecnológico evoluciona lentamente a la vista de todos. Producto del auge de la IA, los eruditos pronostican que se acerca una tormenta en el campo laboral para la cual casi nadie está preparado. En el caso de los Estados Unidos, vaticinan tres cambios de época que están a punto de remodelar su economía en los próximos años: el envejecimiento de la población, el avance de la IA y la reconfiguración de la economía mundial. Se afirma que estos cambios combinados, si no se controlan, transformarán la vida de los trabajadores de un modo que no se veía desde finales de la década de 1970, cuando la desigualdad salarial se disparó y los salarios más bajos se estancaron o incluso disminuyeron. Así como la IA ha facilitado la vida de las personas, también podría poner en riesgo su fuente de ingresos ante la posibilidad que desaparezcan diversos empleos. El Fondo Monetario Internacional publicó un estudio en el que destaca que casi el 40% de los empleos en todo el mundo se verán afectados por el creciente éxito de la IA, reemplazando algunos y complementando otros. Las profesiones más “amenazadas”, por decirlo de alguna manera, son: Periodistas, diseñadores, contadores, analistas financieros, escritores/autores, guionistas, copys publicitarios, matemáticos, traductores y docentes. Si bien algunos empleos pueden beneficiar su productividad con la integración de la IA, una parte considerable también podría reducir la demanda de su mano de obra, trayendo consigo una merma en los salarios y la contratación, esto debido a que la IA puede ejecutar tareas que en la actualidad son realizadas por seres humanos. Ya lo estamos viendo.