Deshojando margaritas
Por Margarita Suárez
A mediados de los años 80, tuvimos el privilegio con mi esposo de construir una bonita amistad con Jaime Ucrós García, gran personaje político quien para entonces ya se había “cortado la coleta”, término taurino alusivo a los toreros cuando se retiran. Jaime era espléndido, nos invitaba a su finca “El Tufo”, nombre que se inventó debido a su pasión por el licor y allí nos atendía como a reyes. Nos ofrecía el coctel que llamaba “Choluposki” por la combinación de vodka con jugo de cholupa. Era un contertulio fabuloso. Tenía mucho que contar ya que había sido Representante a la Cámara, Senador, diplomático y cofundador del MRL con Alfonso López Michelsen, quien lo nombró gobernador del Huila. Ucrós impulsó la Ordenanza que asignó el 8% de las regalías petroleras a la universidad Surcolombiana, amplió la demanda de la lotería del Huila, lo cual permitió construir la unidad siquiátrica del hospital, inició la construcción de la ciudadela Timanco, impulsó la construcción de la estación piscícola de Gigante, creó la nueva Empresa de Publicaciones del Huila y con su apoyo se organizó la Corporación Forestal del Huila. Le gustaba la tauromaquia, tema que nos unía y sirvió para organizar festivales taurinos a beneficio de la Clínica de la Madre y el Niño, entidad fundada por Jaime. Con ese propósito vinieron artistas para participar en espectáculos benéficos. Recuerdo a Pacheco, Álvaro Ruiz y el Culebro Casanova, al igual que aficionados de Neiva como Guillermo Liévano, Joselete y Antonio Acevedo. La madre de Jaime, Clotilde García Borrero, nacida en Baraya, pasó a la historia como la más importante líder feminista colombiana. Según la obra de Oliver Lis, Clotilde obtuvo para su género el derecho a heredar y administrar sus bienes (con la consecuente ley 28 de 1932). También, el ingreso a la educación secundaria y universitaria (decreto 1972 de 1933 y leyes 1874 y 227 de 1932 y 1933). Clotilde dejó sentadas las bases del proyecto del derecho al voto femenino, el cual inicialmente le fue negado. Más adelante logró consolidarse en el congreso de 1954, con Esmeralda Arboleda, primera mujer Senadora en la historia de Colombia. Estas sí son conquistas, no como las peleas racistas en las que nos quieren enfrascar.
