Deshojando margaritas
Por: Margarita Suárez Trujillo
A propósito del final anoche de la exitosa serie sobre la vida de Leandro Díaz, sería interesante que alguna programadora llevara a la TV la historia del mejor compositor que ha dado el Huila, el maestro Jorge Villamil. Nuestro paisano, quien ayer cumplió 13 años de fallecido, fue figura nacional e internacional. Se le llamó “El Compositor de las Américas”, por haber obtenido en el año 1978 el Premio de la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Nueva York – ACE, evento realizado en el auditorio del New York Hilton. Era el más importante reconocimiento de la época para compositores latinoamericanos.
En la ceremonia a la que tuve el honor de asistir, nos codeamos con Mario Moreno “Cantinflas” y otras estrellas. De Villamil tengo muchas anécdotas. Un tiempo después, recién RCN TV presentó la serie “Espumas”, basada en sus canciones (no en su vida), el compositor fue a mi oficina en Bogotá, acompañado de su colega Rafael Escalona. Yo laboraba como gerente de una Financiera y la subgerente era Rosita Palacino, hermana de Carlos Palacino, condenado por el desfalco de la EPS Saludcoop.
El cubículo de Rosita quedaba en el primer piso y el mío en el segundo. Los recibió y los condujo hasta mi despacho. Eran dos monstruos de la música y todos en la oficina quedaron sorprendidos. Traían un proyecto para lanzar un LP (disco larga duración) con los mejores temas de ambos. Querían que en mi calidad de periodista les hiciera la difusión y relaciones públicas. La idea era genial. Acepté sin dudarlo. Infortunadamente el proyecto no llegó a feliz término pues en las primeras de cambio, los dos maestros se pelearon y desbarataron todo. A esas alturas, ya había avanzado en mi trabajo y contratado a Jorge Bautista quien alcanzó a tomar las fotos de la carátula y las gráficas promocionales para enviar a la prensa.
Todo se quedó en veremos. Infortunadamente por el temperamento de ambos, en especial por las rabietas de Escalona, el proyecto no vio la luz. Los dos fueron hombres muy exitosos, a nadie le cabe duda, gracias a su inmenso talento. Seguramente en esta época de tecnología habrían volado más alto y llegado más lejos. Todavía hay tiempo para rendirle un gran homenaje póstumo al incomparable Villamil.