Por fin se logró un acuerdo histórico entre las centrales obreras, los gremios de la producción y el gobierno nacional para establecer el salario mínimo legal mensual que regirá a partir del 1 de enero próximo. Mediante Decreto presidencial, expedido el día anterior, se fijó con un incremento del 10,07%. Este aumento nominal también se verá reflejado en el incremento del auxilio de transporte que quedó definido en $117.172. Ha sido considerado un aumento justo, dada la situación social y económica en que se encuentra sumida la sociedad colombiana provocada por la pandemia del Covid desde hace 21 meses.
Esta propuesta gubernamental fue aceptada sin discusión por estos actores de los sindicatos y rechazada inicialmente por los gremios de la producción. Pero la intervención y justificación presentada por el gobierno del presidente Iván Duque Márquez que, junto con su equipo económico, lograron un consenso histórico para los trabajadores colombianos que devengan un salario mínimo mensual. Se espera que este aumento real que superará el 4%, signifique un alivio para los exiguos salarios que perciben el 50% de los asalariados que devengan este nivel de ingresos.
Muchos expertos de la opinión pública consideran que es una jugada maestra del primer mandatario de los colombianos, dado su nivel bajo de su imagen que ha venido presentando en los diferentes sondeos que han realizado periódicamente las empresas encuestadoras. Con ello se busca recuperar el tiempo perdido provocado por las erradas decisiones en materia de política económica, tomadas anteriormente.
El mínimo aumentó una suma significativa superior a los $90.000. Con ello, se hace historia en nuestro país, porque se está logrando el mayor aumento real del salario mínimo en casi 50 años. Esta fue una promesa de campaña del actual presidente de Colombia. Así se le cumple un anhelo de los trabajadores por décadas, pero, articulado con la agenda de solidaridad y de generosidad a los empresarios, emprendedores e industriales de este país. Pero, por otro lado, los colombianos, tendrán que afrontar la escalada alcista de los bienes y servicios que durante los últimos meses ha superado todas las expectativas que tenían previsto las autoridades monetarias del país.
Se prevé que la tasa de inflación de la actual vigencia bordeará el 6%, con lo cual, la sociedad colombiana, deberá prepararse para pagar con estos aumentos, la escalada de subida de precios en los servicios esenciales de la canasta familiar, que tiene diferentes categorías: alimentos, transporte, vivienda, educación, salud, recreación, multas de tránsito, copagos del Soat, servicios públicos y algunos bienes de consumo, entre otros, que incrementan su precio iniciando cada año. El creciente costo de los alimentos impacta más a los hogares vulnerables y enrarece la reactivación.