Alias ‘Julián Uribe’, identificado como uno de los líderes más activos y peligrosos dentro de las disidencias de las FARC en el frente Ismael Ruiz, fue abatido en una reciente operación militar desarrollada entre los departamentos del Tolima y Huila.
DIARIO DEL HUILA, Primer Plano
Nacido en el contexto del conflicto armado colombiano, su integración al grupo armado residual Dagoberto Ramos en 2021 le permitió consolidar su rol inicial como combatiente raso. Sin embargo, su destreza y violencia lo llevaron en el transcurso de 2022 a tomar el control de una comisión en el frente Ismael Ruiz, y para 2023 ya era el segundo al mando. Desde esta posición, ‘Julián’ se encargó de organizar y ejecutar algunas de las acciones más violentas contra las fuerzas de seguridad y la población civil, consolidando su reputación como un operador estratégico y despiadado.
Entre los hechos más notorios que se le atribuyen a alias ‘Julián’ se encuentran ataques a civiles y miembros de la fuerza pública, así como acciones que desestabilizaron a las comunidades de la región. El 2 de septiembre de 2022, ‘Julián’ participó en un atentado con explosivos y ametrallamiento en San Luis, Neiva, que resultó en la muerte de siete policías. En 2023, su accionar violento continuó con un ataque en la vereda Villa Esperanza, La Plata, Huila, donde perdió la vida una menor de edad, un hecho que generó un profundo rechazo en la opinión pública y mostró el grado de brutalidad con el que operaba.
El año 2024 marcó una intensificación de su accionar criminal. El 14 de enero, estuvo implicado en el homicidio del excombatiente José Enrique Roa y dos escoltas de la Unidad Nacional de Protección (UNP) en el corregimiento Guacacayo, Pitalito, Huila. Un mes después, el 14 de febrero, cometió otro asesinato de un excombatiente en Rioblanco, Tolima, consolidando su reputación como un enemigo declarado de los procesos de reincorporación y paz en Colombia.
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Alias ‘Julián’ también se destacó por el uso de estrategias innovadoras y letales, como el ataque con drones cargados de explosivos. El 2 de agosto de 2024, ejecutó un ataque con esta tecnología contra la base militar Casa Verde en Ataco, Tolima, y el 30 de septiembre intentó un ataque similar en Planadas, Tolima. Aunque esta última operación no logró afectar a las tropas, evidenció un sofisticado cambio en las tácticas de las disidencias bajo su liderazgo.
El impacto de alias ‘Julián’ en la región fue devastador. Sus acciones, como el hostigamiento de la subestación de policía en San Luis (Neiva) el 20 de julio de 2024, y el bloqueo de vías con explosivos el 8 de agosto, mostraron una clara intención de controlar zonas estratégicas e imponer su autoridad mediante el miedo. Finalmente, el 10 de octubre de 2024, en un ataque contra una patrulla de la Policía Nacional en el casco urbano de Nátaga, Huila, alias ‘Julián’ dejó dos policías muertos y un civil herido.
Su accionar terminó con su muerte en una operación de las fuerzas armadas en los límites entre Tolima y Huila, donde el Ejército, en el marco de la operación Perseo, lo abatió junto con otros cuatro miembros de su estructura. Aunque un grupo de personas, presuntamente instrumentalizadas por las disidencias, irrumpió en el lugar llevándose varios cuerpos, la caída de alias ‘Julián’ marca un golpe significativo contra una de las facciones más violentas de las disidencias de las FARC.
El operativo que llevó a su neutralización formó parte de la ofensiva “Perseo”, una estrategia de la Fuerza Pública que se ha intensificado en el suroccidente del país para enfrentar el avance de las disidencias de las FARC. Según información oficial, el enfrentamiento en el que fue abatido también dejó cuatro miembros de su estructura muertos y permitió la incautación de abundante material de guerra. No obstante, el operativo se vio envuelto en una situación compleja: aproximadamente 200 personas, presuntamente instrumentalizadas por el grupo armado, irrumpieron en el lugar, llevándose tres de los cuerpos sin vida y alterando así la escena del enfrentamiento.
Para las autoridades, la muerte de alias ‘Julián’ representa un golpe significativo en la estructura de mando del frente Ismael Ruiz y del Estado Mayor Central de las disidencias, un frente que ha intensificado su actividad mediante el uso de tecnología de drones cargados de explosivos y atentados coordinados contra la infraestructura militar y policial. La caída de ‘Julián’ deja un vacío de liderazgo que probablemente afectará la capacidad operativa de su grupo en el corto plazo, pero también advierte sobre la compleja situación de seguridad que persiste en el suroccidente colombiano, donde los remanentes de las FARC aún mantienen su influencia a través de redes de apoyo y control territorial.
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