Por: José Eliseo Baicué Peña
En junio se viven las fiestas del Sampedro y se celebra también el Día del Padre de Familia, mal llamado Padre a secas, pues el Padre lo concibo como el Dios Todopoderoso. De tal manera, que cuando se quiere hacer alusión al papá y se quiere utilizar la palabra padre, debe acompañarse de la expresión de familia.
En esta época del año se confunden los abrazos de la celebración del día del papá con los joropos y el exquisito asado huilense. Se advierte una total transformación de los opitas y visitantes. La música, las expresiones culturales y los cánticos tradicionales a son de las tamboras conforman un espectáculo casi sin igual.
El mes de junio ha sido reconocido por llevar a cabo esta celebración en compañía del progenitor. Sin embargo, por lo menos en el Huila, se ve opacada por las fiestas de San Juan y San Pedro, por cierto, festividad con reconocimiento internacional.
En ambas celebraciones el componente comercial se impone. No solo con la gama de regalos y atenciones, sino también, con la forma como se extiende y trasciende los límites familiares.
Resulta altamente interesante observar la “amistad” que resulta por estos días entre amigos y desconocidos. Tal vez, el calor de la fiesta, y del clima, contribuyen al fortalecimiento de estos lazos de “familiaridad” al ritmo del sanjuanero huilense.
La fiesta se impone, y las comparsas ayudan a engrandecer esta hermosa tradición que ha llevado a internacionalizar al departamento del Huila.
Mientras tanto, los papás se confunden con estas alegrías y se sienten bien servidos porque pareciera que las dos fiestas son para su celebración y complacencia.
Saludos a todos los papás del Huila y a los turistas. Bienvenidos a esta tierra alegre y costumbrista.
Que las mejores jornadas de alegría, gastronomía y folclor inunden los corazones de los papás. Pásenla bien.
