La llegada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a Colombia, es una visita bastante esperada, luego de las dilaciones de los diálogos entre el Gobierno Nacional y el Comité Nacional del Paro y las crecientes denuncias de violaciones de derechos humanos durante las protestas y promovida por múltiples organizaciones que han denunciado violaciones a los derechos humanos en medio de las protestas, lo que encendió las alertas de la comunidad internacional respecto a Colombia.
La idea de la visita es dialogar y recibir información proveniente de distintos sectores de la sociedad colombiana y observar la situación de derechos humanos en el país. La CIDH ha dicho, además, que el énfasis de su inspección estará especialmente en escuchar a las víctimas de violaciones a los derechos humanos y a sus familiares.
Con la llegada de la CIDH se buscarán mecanismos para minimizar la crisis y buscar una salida democrática ya que la verificación internacional se hace urgente en medio de la debilidad de los órganos internos de control.
La visita de trabajo, tiene como objetivo observar en el terreno, de manera preliminar, la situación de los derechos humanos en el país en relación con los hechos violentos que han tenido lugar a partir del 28 de abril, como también documentar estos hechos y emitir las primeras recomendaciones concretas al Estado.
Aunque la llegada de la Comisión no será una salvación definitiva ni se darán por saldadas todas las discusiones asociadas al paro nacional, sin embargo, para los manifestantes, la presencia de un organismo internacional, independiente y autónomo que va a emitir una serie de recomendaciones al Estado es un paso que ayudará a atenuar la crisis.
La visita de trabajo no producirá un ‘informe país’ al final, sino que se entregan unas observaciones generales y se emitirá un comunicado de prensa con una serie de recomendaciones dirigidas al Estado, dentro de las que se esperan el respetar y garantizar el goce pleno del derecho a la protesta, a la libertad de expresión, a la reunión pacífica y a la participación política de la población y enfatizar un modelo de gestión de la protesta en la que se ponga prioridad en el diálogo.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Su función es, en esencia, promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región.
