El crecimiento promedio del P.I.B de los años 2019 y 2020 de los países cuyos mandatarios, o mejor, dictadores, son los líderes del Foro de Sao Paulo (hoy grupo de Puebla) y del socialismo siglo XXI, presentan una cifra en extremo negativas. Veamos: Venezuela -30% con Nicolás Maduro, Argentina -7% Alberto Fernández, México -5% Andrés López, Nicaragua -4.6% Daniel Ortega. Ni hablar de lo que sucede en Cuba, desde hace más de medio siglo.
Paradójicamente, la permanencia de Nicolás Maduro favorece a los colombianos, en el sentido de que no desearíamos, bajo ningún motivo, siquiera parecernos al régimen fracasado del vecino país, y llegar a su estado actual de miseria y de negación de las libertades más elementales.
El reciente paro nacional en Colombia desacreditó aún más a la llamada izquierda, al tratar de desestabilizar el gobierno democrático de Duque, a base del uso indiscriminado de la violencia, de la destrucción, del caos y de impedir la movilidad en calles y carreteras. Ha sido comprobada la participación en ese objetivo, a través de las redes sociales, del régimen venezolano. La politóloga de Harvard Erica Chenoweth dice que “La violencia reduce el apoyo y simpatía de cualquier movimiento”.
La crisis económica de Venezuela ha aumentado el poder del Estado sobre la población, especialmente por el control de los escasos alimentos suministrados a quienes han adquirido “el carnet de la Patria”. El otro factor determinante es la represión militar y de los grupos paramilitares.
El periodista de Univisión Jorge Ramos, quien fue sacado del Palacio de Miraflores hace más de dos años por Maduro, manifiesta que lo peor de los regímenes del socialismo siglo XXI “Son sus constantes abusos a los derechos humanos”, pero que, “Todos los dictadores caen. Todos. Y Venezuela no será la excepción”. Esta semana la Corte Penal Internacional inició una investigación formal por la violación de los derechos Humanos del régimen de Maduro.
Es evidente para los colombianos la simpatía de Gustavo Petro para con el prolongado régimen Chavista.
Por las razones anteriores, creo firmemente en la próxima elección de Presidente de Colombia del candidato que resulte seleccionado por la “COALISIÓN DEMOCRÁTICA DE LA LIBERTAD, cualquiera que sea. La periodista Salud Hernández ha dicho con razón: “En la primera vuelta se vota con el corazón, en la segunda con la cabeza”. De verdad, a ello deberemos estar dispuestos la inmensa mayoría de los colombianos. ASÍ SERÁ.
ADENDUM- Es aterradora la altísima percepción de inseguridad de la población colombiana, ocupando el primer lugar la capital de la república Bogotá con un porcentaje de 78%.