Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
Titulé esta columna de opinión de esta manera, porque estoy convencido que la academia es la fuente fundamental de desarrollo económico, social y cultural, el cual se fortalece por medio de los procesos de formación, a través de las diferentes disciplinas académicas que se imparten y que se determinan en los análisis en cuanto a pertinencia, asunto en el que la Corporación Universitaria del Huila “Corhuila”, es ejemplo.
Pero qué es pertinencia académica y por qué es importante. En la página del Ministerio de Educación Nacional se presenta un concepto claro de lo que significa este término, planteándolo como una referencia al mundo laboral después de egresar de la educación formal y como una adecuación de lo que se ofrece en el mundo escolar a los diversos grupos de edad, a las expectativas individuales y familiares y al ambiente cultural en el cual se produce el aprendizaje. En este sentido, la pertinencia apunta al currículo, los métodos pedagógicos, la organización escolar y la interacción con la comunidad.
Dice Francisco Cajiao, experto en diferentes temas educativos, que la pertinencia se relaciona con las necesidades de la sociedad, especialmente en su aspecto productivo, pretendiendo adecuar lo que se ofrece desde la educación formal a la demanda potencial del mercado laboral. De allí provienen muchas orientaciones de política pública relacionadas con el diseño de programas académicos de corte técnico y tecnológico, así como la orientación que debería darse a ciertas áreas del conocimiento como la matemática, el aprendizaje del inglés, o el énfasis en las llamadas competencias laborales.
En estos temas, la Corhuila ha sido una institución sumamente visionaria porque ha buscado la manera de ofrecer a la comunidad, un portafolio se productos educativos, en formación de alto nivel, que guardan relación directa con las necesidades reales del entorno; razón por la cual hacen parte de su estructura, tres facultades que ofrecen carreras absolutamente relacionadas con el ecosistema productivo regional, nacional e internacional.
Tiene la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, que se ha dedicado desde sus inicios a brindar educación superior de calidad, con el propósito de formar a los líderes empresarios y de negocios de Colombia y especialmente de la región sur de Colombia, como ya se ha demostrado ampliamente.
Cuenta con la Facultad de Ingeniería, que es una de las unidades académicas cuyo objetivo es el estudio, desarrollo y enseñanza de disciplinas científicas y tecnológicas relacionadas con la ingeniería, en la que hay una nutrida oferta de programas fuertemente vinculados no solamente con el territorio, sino con el presente y el futuro de la humanidad, en general.
Y posee también, la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Afines, que busca contribuir a la formación de los estudiantes, generando impacto en el desarrollo sustentable agropecuario; campo en el cual hay infinidad de oportunidades para quienes deseen incursionar en él.
Cierro esta columna de opinión con la siguiente frase de Aldo Valle, quien fuera rector de la Universidad de Valparaíso, en Chile: “La universidad debe ser un momento estelar en la biografía de cada persona y del país”.