Por: Santiago Ospina López
América, Millonarios y Nacional, los tres gigantes del fútbol colombiano, están pasando por un declive histórico. Parece que todos caminan por la misma cuerda floja, y no es casualidad.
Varios ciclos de malas decisiones administrativas en el fútbol colombiano se evidenciaron durante la pandemia. Este suceso, que privó a los espectadores de vivir el fútbol por más de un año, influyó fuertemente las dinámicas del mercado. La taquilla, esa vieja amiga que siempre estaba ahí para los clubes y parecía eterna, desapareció. Y aunque el mundo del espectáculo evolucionó rápidamente hacia lo digital, nuestros equipos colombianos se quedaron atrás en términos de innovación y desarrollo. Mientras equipos europeos presentaban experiencias virtuales para mantener a sus seguidores cerca; en Colombia, un país ingenioso y recursivo por naturaleza, esas acciones nunca llegaron.
Hablemos de lo más importante para la salud de un club, el dinero. Los derechos de transmisión representan una de las principales fuentes de ingreso para este tipo de empresas, pero la forma en que se repartió el pastel en la DIMAYOR no favorece a los equipos grandes. A esto debemos agregar el ambiente político reciente, que obligó a los patrocinadores a pensar dos veces antes de invertir en Colombia. Y como si fuera poco, muchos gastos, desde fichajes hasta sueldos, se calculan bajo el dólar fluctuante.
En 2019, los ingresos por taquilla en el FPC alcanzaban máximos históricos. Millonarios reportó cerca de 5 millones de dólares en ingresos por este concepto, una cifra que se desplomó a casi cero durante la pandemia. La situación llevó a que los clubes redujeran su capacidad de inversión, pero la estrategia de austeridad y el enfoque en las divisiones inferiores no convencen de manera inmediata a una afición que sueña con títulos internacionales. La división entre hinchas y administrativos ha sido fundamental en la disminución de ingresos por mercadeo que recibían los clubes.
Esta falta de ingresos se traduce en poca inversión en nómina y conlleva a un rendimiento deportivo que no está a la altura de los objetivos trazados. Los equipos no avanzan en competiciones internacionales, lo que significa dejar de obtener ingresos por premios que podrían ser salvavidas en momentos de crisis. Avanzar a las etapas finales de la Copa Sudamericana o Libertadores, puede significar varios millones de dólares en ingresos, un dinero que nuestros equipos desesperadamente necesitan.
La gestión de los grandes está bajo la lupa. Millonarios es juzgado por no invertir lo suficiente en recambio para su plantilla, a pesar de tener ingresos por ventas y títulos. Nacional, por su parte, ha sido cuestionado por malas decisiones en fichajes y el trato hacia sus ídolos. Y América no se queda atrás, con una gestión deportiva que muchos seguidores ven como errática e incoherente.
La fanaticada espera cambios para el próximo verano, tanto en lo administrativo como en lo deportivo. La pregunta es: ¿Cuánto tiempo tardarán los equipos grandes en volver al podio en el que algún día estuvieron?
