El documental trata sobre un viaje en busca de respuestas de un indígena ayoreo, Mateo Sobode Chiqueno, por el árido Chaco Paraguayo, región occidental de Paraguay, a través de los relatos grabados en cintas de los testimonios de los indígenas expulsados de la selva.
DIARIO DEL HUILA, MEDIO AMBIENTE
“Apenas sale el sol” es un documental que está nominado para representar a Paraguay en la 37ª edición de los Premios Goya como ‘Mejor Película Iberoamericana’, busca reconocer y visibilizar los problemas más álgidos que tiene el mundo en materia ambiental sin la necesidad de juzgar o culpabilizar a alguien en especial.
Resalta además la situación de emergencia que viven las selvas en general que son los pulmones verdes del mundo. Sin duda es una cinta cruda que muestra la realidad de temas incómodos para algunos, pero que busca acercar a toda la humanidad sin pensar en religión o cultura, para pensar y cuidar el medio ambiente.
El protagonista en un indígena ayorero que viaja por Paraguay y a través de testimonios narrados por indígenas que han sido expulsados de sus resguardos, cuentan lo que se vive al interior de la selva.
Es de resaltar que la deforestación quita la posibilidad de acceder de manera libre al agua, animales, raíces, frutos, además de atentar directamente con la cultura de los indígenas.
La deforestación es un problema mundial que se sufre sobre todo en países de América Latina, África e incluso Estados Unidos y Canadá.
Ahora bien, el documental no solo muestra el problema medio ambiental, sino todo lo que significa para los grupos indígenas es tipo de acciones que pegan directamente contra la pérdida de costumbres, cultura e identidad, y en cómo aún sigue habiendo ayoreos que huyen ante la llegada de misioneros menonitas y ganaderos.
Esto hace que los indígenas salgan desplazados de sus tierras y abandonen las prácticas chamánicas y ancestrales.
Pese a que directamente el documental trata de no culpabilizar a algún sector en especial, la cruda realidad sí muestra un fenómeno preocupante, narrado por actores que durante mucho tiempo han sido invisibilizados por la llegada de la producción económica del campo, por la cual se sienten desplazados.
En este punto es donde es necesario, además de humano reaccionar. Algunas veces con culpabilidad, otras veces con deseo de ayudar, pero en todo caso, con el único fin de salvar el planeta Tierra de un colapso ambiental.
La cinta pese a todo, narra el deseo de los arroyeros de volver a ocupar sus selvas, sin embargo, también llegan a sentirse cohibidos en hacerlo por haberse adaptado a una vida y unas costumbres diferentes.
La reflexión de este documental es poder invitar a todas estas culturas ancestrales a poder ser parte de la trasformación ambiental que necesita el mundo y a permitirles, sin ningún tipo de remordimiento, volver a esos espacios de donde no debieron salir.