Por: Luis Humberto Tovar Trujillo
Extraordinario título de una obra jurídica de Gabriel Valbuena Hernández, de la Universidad Externado de Colombia, para significar la legitimidad de la iniciativa de la Honorable Senadora María Fernanda Cabal, en relación con la eliminación de las restricciones abusivas del Estado, con el porte legal de armas.
Digo abusivas, porque es ilegitimo, ilegal e inconstitucional que, a los colombianos de bien, que poseen sus armas amparadas por la legitimidad del Estado, este exija el cobro de un tributo por la autorización de ese porte, que a su vez el Estado prohíbe hacer uso de ese porte. Es decir, si, pero no.
Como mínimo existe un enriquecimiento sin causa por parte del Estado; un enriquecimiento injustificado, que cobra por el porte de un arma, que no sea restrictiva de la Fuerza Pública, y que no pueda ser utilizada en circunstancias de modo, tiempo y lugar, en caso de que se amenace o ponga en peligro por acción u omisión de la delincuencia de cualquier orden.
Desarmar a los ciudadanos de bien, por el simple prurito de darle gusto a la delincuencia de cualquier pelambre que incluye a las Farc, antes del común, que de eso no tienen nada, hoy “comunes”, que se han negado sistemáticamente a entregar las armas como responsabilidad del famoso acuerdo narco de la Habana, conducta del vendido Santos, léase vendido, no bandido, o ambos, que ha llevado a los altos índices delincuenciales en Colombia.
Restringir o negar sistemáticamente, la posibilidad de hacer uso de un arma legitima, amparada por el Estado, para defenderse, es legitimar que la delincuencia es el titular del monopolio de las armas ilegales para atentar deliberadamente contra la vida, honra y bienes de los ciudadanos.
“La confianza no es una elaboración mental artificial que dependa exclusivamente de lo que las personas deciden o quieren creer, refleja reacciones razonables frente a las circunstancias. Las personas interpretan los sucesos con base en lo que está sucediendo, o en la manera en que son tratadas por quienes las rodean”. (Obra citada)
A diario se encuentra uno con expresiones para indicar la defraudación de la confianza legítima, por ejemplo, en relación con el Estado, como “el Estado ha dejado de existir”, “el derecho no existe” como por ejemplo ante la ausencia de administración de justicia y, otras expresiones análogas, para referirse al fracaso del Estado en el cumplimiento de su obligación esencial de defender la vida, honra y bienes de los ciudadanos de bien.
Por demás legitima la aspiración de la Senadora María Fernanda Cabal, que coincide con la aspiración de los colombianos de bien, que son la mayoría.