La desnutrición crónica afecta 1 de cada 9 niños en Colombia. La desnutrición crónica es un mal silencioso, porque puede ser devastadora si la ayuda no llega a tiempo. Estudios han mostrado que quienes la padecen y no se recuperan, en la edad adulta estarán en desventaja en todos los campos de desempeño: educación, trabajo, relacionamiento familiar y social.
Diario del Huila, Informe
En el país, la prevalencia de la Desnutrición Crónica o retraso en la talla (DNC) en menores de 5 años llega al 10,8% de esta población. En las zonas rurales aumenta a 15.4%, en los indígenas a 29,6%, y entre los más pobres a 14,2%, según la ENSIN 2025.
No alejado de esta realidad, el departamento del Huila para el 2023, según reportes entregados por la Secretaría de Salud Departamental, se une a esta cifra, puesto que para lo que fue este año, la desnutrición aguda provocó el deceso de cinco menores a lo largo del año 2023, distribuidos en los municipios de Pitalito (2), Tarqui (1), Aipe (1), y Palermo (1).
Las circunstancias que rodearon estas trágicas pérdidas estuvieron marcadas por la falla o ausencia en la práctica de la lactancia materna. Estos niños, lamentablemente, experimentaron hospitalizaciones de duración variable, oscilando entre 1 y 7 días desde la notificación hasta el fatídico desenlace, siendo destacable que el 60% de estos casos ocurrieron en las zonas rurales del departamento del Huila.
En el año 2023, los municipios más afectados por la desnutrición fueron Campoalegre, Yaguará, Nátaga, Hobo, Algeciras, Saladoblanco, Palermo, Acevedo, Rivera, Neiva, Colombia, Aipe e Íquira. Se observó un aumento particular en los casos registrados en Algeciras, Baraya, Campoalegre, Hobo, Nátaga, Yaguará y Neiva. El recuento final cerró con un total de 687 casos en todo el departamento, distribuidos en un 69.8% en menores de 2 años y un 30.1% en niños de 2 a 5 años.
En lo que respecta al presente año, el 2024 ha mostrado una prevalencia de casos en los municipios de Colombia, Villavieja, Hobo y Neiva, con un total de 42 casos registrados. En esta ocasión, el 75% de los afectados son menores de 2 años, mientras que el 25% corresponde a niños de 2 a 5 años. Estas cifras revelan una persistencia del problema y subrayan la necesidad continua de medidas efectivas para abordar la desnutrición en la población infantil del Huila.
Primera infancia y desnutrición crónica
La primera infancia es considerada como la etapa que comprende el desarrollo de los niños y niñas desde la gestación hasta los seis años de vida; por tanto, esto se convierte en crucial para el desarrollo de la niñez en diferentes aspectos como el biológico, psicológico, cultural y social, y durante esta etapa, la Desnutrición Crónica genera un mayor impacto sobre el desarrollo humano, socioeconómico de un país.
Entonces bien, cabe mencionar que, la Desnutrición Crónica, es, ante todo, una condición que se produce por hambre prolongada, durante grandes períodos de tiempo, y que causa que el cuerpo y todos sus órganos, incluido el cerebro, no crezcan lo esperado.
“La Desnutrición Crónica o retraso en talla (DNC) es un asunto de salud pública con efectos devastadores en el desarrollo de las niñas y niños menores de cinco años en Colombia. Por ello, los actuales Planes de Desarrollo municipales y departamentales tienen que priorizar la nutrición infantil, la materna y la de cada familia que viva con inseguridad alimentaria o en riesgo” afirmó, Diana Pineda, líder de Inversión Social de la Fundación Éxito.
Por tanto, esta desnutrición en la primera infancia no solo impide, el desarrollo pleno de capacidades físicas y cognitivas, con consecuencias en la vida adulta, en el coeficiente intelectual, la educación y los ingresos.
Determinante social: pobreza
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, para 2024 la cantidad de niños, niñas y adolescentes se estima en 13.9416204 a nivel nacional. Y, considerando que la de pobreza monetaria es el valor en dinero que necesita una persona al mes para adquirir una canasta básica de alimentos, servicios y otros bienes mínimos para vivir y que línea de pobreza monetaria extrema es el valor en dinero que necesita una persona mensualmente para adquirir una canasta básica alimentaria que le provea el mínimo requerimiento calórico para subsistir, se podría estar hablando de que cerca de 7 millones de niñas, niños y adolescentes no tienen cómo acceder a sus derechos de manera integral. De estos 7 millones, 1.3 millones escasamente, logran ingerir el mínimo requerimiento calórico para subsistir.
“Estas cifras, más que números, representan vidas por las cuales, como sociedad civil, familias y Estado, tenemos una inmensa responsabilidad. Alimentar en el presente a la niñez, es entregar al futuro de la sociedad un capital humano fortalecido, emprendedor, saludable, con capacidades para el trabajo y toda la gama de habilidades sociales, emocionales, culturales, listas para ser puestas al servicio del país.” explica, la especialista, Pineda.
Determinante social: la madre
Las mamás marcan, en gran medida, el bienestar en la vida de los niños y niñas. Una mujer educada tiene más posibilidades de tener un trabajo formal, su nivel adquisitivo le permite comprar más y/o mejores alimentos, tiene la posibilidad de investigar o recurrir a profesionales para tomar decisiones asertivas para la crianza. “Existen 6 veces más posibilidades de que un niño, hijo de una mujer no educada, sufra Desnutrición Crónica. La madre es un factor protector para la prevención de la Desnutrición Crónica”. Afirma, Pineda.
Pese a lo anterior y como lo demuestra el Dane, el 66,4% de todos los niños y niñas que nacieron en 2022, tienen como mamá a una mujer cuyo grado máximo de educación es bachillerato5.
Madres muy jóvenes: en total, casi la mitad de los bebés (44,5%) tiene una madre menor de 25 años6. Para empañar más el panorama, de los 573.625 bebés que nacieron, el 1% tenía como madre a una niña entre los 10 y los 14 años y el 16,3% a una adolescente entre los 15 y 17 años. Es decir que, el 17,3% de todos los bebés que nacen, tiene como madre a una niña, escasamente preparada en recursos económicos, intelectuales y emocionales para asumir la crianza.
“Las investigaciones muestran que los adultos con bajo peso al nacer tienen en promedio 5.4 menos puntaje en las pruebas de coeficiente intelectual, en comparación con los adultos que nacen con más de 3.500 gramos.8 Y por ello, proteger y fortalecer a la mujer, definitivamente es un paso esencial para lograr erradicar la Desnutrición Crónica y otros padecimientos de la infancia”. Concluye, Diana Pineda.