Coincido plenamente con Diana Sofía Giraldo en lo expresado esta semana en su habitual columna en el Diario El Siglo “Prisioneros de la imagen”, en cuanto a la distorsión lograda a través de las redes sociales por la oposición, sobre las relaciones entre el ex Presidente Álvaro Uribe e Iván Duque. Yo le agregaría que también han contribuido a ello quienes conforman el círculo adulador del jefe de Estado.
La realidad es que existe un distanciamiento real entre ellos; además, la oposición con una estrategia perversa de muchos años contra el expresidente Uribe, “Ha logrado ocupándolo en su defensa personal, mientras su partido, su imagen y su legado se debilitan”.
Muy al contrario de lo que se pregona de ser un títere del Presidente Álvaro Uribe, la verdad es que si ello fuera cierto, no hubiera el mandatario cometido algunos crasos errores, como la presentación del proyecto de reforma tributaria de Carrasquilla, la permisividad ante los bloqueos, la demora en la reacción frente a la destrucción de los bienes públicos y privados y, a los ataques a la Policía Nacional y al Ejército Nacional.
Lo malo de este gobierno se le atribuye a Uribe, como los excesos de algunos miembros de la fuerza pública, “Magnificados estratégicamente ante la comunidad internacional y presentados como política de Estado”, cuando lo que se reclamaba era el ejercicio de la autoridad.
Al Presidente Duque lo amedrentaron, para que no hiciera uso legítimo de la fuerza, amenazándolo como hacerlo quedar como violador de Derechos Humanos, mientras intentaban quemar vivos a los Policías.
En síntesis, “La propaganda internacional y la cautela del gobierno terminaron por dar interlocución a unas minorías violentas….”
Muy complicado para el Ex Presidente Uribe explicar “que ni es escuchado,
Ni tiene interlocución con el Presidente, sin quedar mal con él mismo…… por el joven que él hizo elegir presidente……. Tendría que aceptar que se equivocó dos veces”.