ERNESTO CARDOSO CAMACHO
Una evidente consecuencia de la degeneración que ha sufrido la otrora noble actividad política; causada por el desgaste de los partidos especialmente de los más representativos de la opinión ciudadana; acrecentada por el rechazo cada vez más generalizado hacia los dirigentes que actúan en su nombre; rechazo que ha llegado a límites insostenibles por el clientelismo y la corrupción; ha generado la moda en las regiones de sondeos o encuestas de opinión política con los que se pretende generar manipulación electoral.
Nadie puede desconocer que en la actualidad las encuestas o sondeos de opinión de esta naturaleza son necesarias y un gran apoyo técnico para las campañas electorales, además de haberse convertido en una herramienta técnica muy importante de la ciencia política. Las grandes empresas dedicadas a estos temas han consolidado un grado de aceptación y confianza para las elecciones presidenciales, donde por sus acertadas predicciones con escaso margen de error, han logrado en muchos casos anticipar los porcentajes de votación de los respectivos candidatos.
Quienes saben de estos temas que son los politólogos y estadísticos son los llamados a valorar la calidad, seriedad y confianza de sus predicciones. Desde luego, son más acertadas cuando se trata de elecciones nacionales en donde juegan diversos aspectos que generalmente no se presentan en las territoriales.
Lo que ahora se observa es que a nivel regional están proliferando sondeos de preferencia electoral sobre gobernador y alcaldes, principalmente el de Neiva.
Es tan intensa dicha actividad predictora que han penetrado hasta en las redes sociales, generando lo que se ha denominado la guerra sucia de las encuestas. Solamente falta que, en el afán de impresionar, sugestionar y manipular la opinión ciudadana, resulten consultando brujos y pitonisas que anticipen quienes serán los elegidos.
Lo más reciente que se ha conocido en este aspecto es la alianza de medios que contratan a una firma encuestadora que, no obstante estar legalmente reconocida por el CNE, ha anticipado unos porcentajes de aceptación o de preferencia que si bien es cierto cumplen los estándares técnicos requeridos para generar credibilidad y confianza, no son suficientemente transparentes en las cifras y sobre todo no señalan con la necesaria transparencia quién o quiénes son los financiadores de su amplio costo.
Me refiero en particular y desde luego lo hago con respeto, al estudio de percepción electoral presentado en estos días por el portal OPA Noticias y la emisora Neiva Estéreo; el cual tuve oportunidad de escuchar en vivo durante su anunciada presentación virtual y sobre el cual participé en el análisis de las conclusiones como panelista en el programa de opinión Línea 18 que dirige el reconocido periodista Jorge Parga Vanegas.
De las diversas cifras conocidas lo más relevante pudo ser el que en gobernación se indagó por los candidatos Villava, Lara, Sandra y JC, los que en conjunto sumaron el 50% y el otro 50% no optó por ninguno de los anteriores; cifra muy representativa y que permite presumir que quien funge como gran favorito, por su reconocimiento público; su vigencia de 30 años en el escenario regional y nacional; y por haber gobernado en cuerpo propio y ajeno; no parece contar con la simpatía y aprobación que pregonan con tanta intensidad.
En el tema de alcaldía de Neiva sorprendió una pregunta específica dirigida a establecer si el encuestado estaba dispuesto a votar por el candidato promovido por el alcalde Gorky. Curiosamente no se hizo lo mismo para el caso de gobernación.
Por ahora se vislumbran opciones que no llegarán hasta el final de la contienda democrática porque parecen ser comodines estimulados por la campaña del poder y del dinero. Así mismo, existen otras opciones que empezarán a crecer a pesar de la estrategia mediática de invisibilizarlas.
Lo que al mismo tiempo es evidente es que los diversos partidos que integran el Pacto Histórico consiguieron desinflar la candidatura del Ingeniero Paulino Galindo, con las marrullas ya conocidas de la política tradicional, en franca incoherencia con el cambio prometido. Por su parte, los clanes dominantes de la politiquería clientelista se alinearon sin vergüenza alguna con el candidato del gobernador Dussan.
Viene ahora la parte decisiva de la campaña y con ella la guerra sucia de las encuestas.
