Por: Gerardo Aldana García
Cuando escuché del escritor mexicano Fernando Navarro, su predicado sobre los matices que tiene la guerra, como un potente motor generador de infelicidad y dolor, no pude sustraerme de su propósito de centrar el amor como alternativa para cerrar los fatuos ciclos de insensible poder en la geopolítica mundial. Las guerras malditas pueden ser invertidas hacia la generación de lasos de hermandad, tolerancia y respeto por la vida humana, por la pervivencia del planeta y sus especies. Es por ello que comparto a continuación la disertación de Fernando, por considerarla asertiva al anhelo de lectores por las páginas que sugieren esperanza y alternativa de paz para el mundo. Dice nuestro escritor que cuando un país grande y fuerte agrede a otro chico y más débil va dejando por el camino dolor, muerte y destrucción. La versión de los que triunfan siempre es diferente a la versión de los que pierden. Todas las guerras son un error y todo ser humano lo sabe, son los gobernantes a los que eso no les importa y presentan todo tipo de argumentos para que la gente lo olvide. Las guerras son una inmensa tragedia para los pueblos que las viven, un gran negocio para los que fabrican las armas con las que se pueden realizar y una siniestra obsesión de los gobernantes que las emprenden. En el último caso de la historia moderna, el de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los argumentos son similares, los procedimientos los mismos y el terrible desenlace previsible. No es con más armas y mejores ejércitos como la humanidad puede superar sus problemas; esto es algo que todos podemos entender a pesar de que a los que se benefician con la guerra tal perspectiva no les importe. Por eso es que la única alternativa es la opinión pública mundial, la que puede lograr algo al respecto. No solo debemos parar la guerra de invasión en Ucrania sino sentar las bases para que no vuelva a suceder algo como eso. El mundo necesita encontrar la manera de evitar que los países más grandes y con mejores armas sigan imponiendo la guerra como método para el logro de sus objetivos.
Los inmensos anhelos por vivir en paz generados después de la última gran guerra mundial con la fundación de la ONU fueron poco a poco controlados y suprimidos por los que se auto nombraron garantes de la paz en el mundo e integraron el consejo de seguridad de las Naciones Unidas. En la estructura y funcionamiento de ese órgano están muchos de los problemas ya que no solo no se ponen de acuerdo entre sí, sino que se bloquean mutuamente; además que de las más de 80 guerras que ha habido en el mundo desde la fundación de la ONU, la inmensa mayoría ha sido protagonizada por alguno de esos cinco países. Estamos en el absurdo de tener depositada la confianza en un reducido grupo de países para garantizar el orden y la ley internacional que son precisamente los que más violan esos principios y los que más armas fabrican. Los métodos de funcionamiento del consejo de seguridad no han sido los mejores y sus integrantes no han estado a la altura de las circunstancias. Cualquiera que tenga interés puede hacer las consultas necesarias y verá quiénes han sido los protagonistas de las ultimas guerras, invasiones, bombardeos, etc., con asombro encontrará a esos mismos cinco países o alguno de sus aliados más cercanos hacerlo. Lo más urgente es parar esa guerra. La gente de Ucrania y de Rusia merece vivir en paz por lo que todos podemos apoyar manifestando nuestra oposición a la guerra. Eso lo podemos hacer desde cualquier lugar en el que nos encontremos, en cualquier idioma y de las diferentes formas en que nos sea posible. Es el momento en que las redes sociales se interconecten entre sí para pedir LA PAZ y para hacer valer la voz de la gente, ya que la voz de los gobiernos que hacen la guerra solo ha sido usada para promoverla o justificarla.
Al mundo le falta promover el amor. Además de los cambios en el consejo de seguridad para volverlo un garante de LA PAZ internacional, la ONU podría formar una agenda matrimonial que promueva la formación de familias entre los pueblos que sus gobiernos insisten en tenerlos como enemigos. Para lograr la Paz y la reconciliación pueden ser más efectivos los matrimonios entre judíos y palestinos que los interminables ataques entre sus Fuerzas Armadas, lo mismo puede hacerse entre todos los pueblos que arrastran conflictos entre sí. Ha sido más efectiva la presencia de familias formadas entre estadounidenses y vietnamitas para avanzar en la reconciliación después de la guerra que los tratados comerciales, lo mismo puede pasar entre los árabes Chiitas y los Sunitas enfrentados en forma fratricida, es el amor lo que puede solucionar sus diferencias. La mejor formar de evitar las guerras es permitir que intervengan las mujeres en calidad de madres, ellas personifican el amor. Eso sí evitaría las guerras pues regresaría la noción obvia e ineludible; todos somos hermanos.
Si hay que aplicar sanciones por esta artera invasión de Rusia contra Ucrania, también deberían de definirse las sanciones futuras que se aplicarían a cualquiera que vuelva a invadir militarmente otro país. Si deben de ser muy severas así también deben de ser las futuras sanciones para que ningún país vuelva a invadir a otro. Los que no gobernamos podemos hacer oír nuestra voz a los que gobiernan y ahora la tecnología lo hace posible. Termina la disertación Fernando con una propuesta esperanzadora para todos: El mundo necesita darle una oportunidad al amor y acabar con tanta locura, nunca ha sido más oportuna y necesaria la búsqueda de LA PAZ por medio del AMOR.
