Después de cinco lustros, la sociedad huilense vuelve a ser espectadora de la presencia de las organizaciones narcoterroristas en las vías del departamento. Inclusive en algunos poblados y municipios se pavonean libremente a la mirada atónita de sus habitantes, porque las autoridades militares no pueden ejercer control por la orden presidencial de adelantar acciones contra éstos, por la suspensión transitoria del accionar militar por el cese de fuego que ha decretado el gobierno del cambio. El hecho ocurrido en las horas del mediodía del primero de mayo anterior, siete integrantes de las disidencias de las Farc realizaron un retén en la vía Neiva Bogotá a la entrada a los centros poblados de Santa Rita y Praga de Aipe, donde hurtaron una camioneta de propiedad de una empresa privada. Es muy desalentados para el sector privado y para las familias huilenses, que volvamos a revivir esos momentos aciagos que tuvimos que soportar a principios del presente siglo, pescas milagrosas, hurtos, asesinatos, secuestros, extorsiones, y otros delitos criminales, que pusieron en jaque a todo el país.
Mientras los áulicos y adeptos al gobierno nacional marchaban por las calles principales de algunas ciudades, en el resto de los territorios se desarrollaban fuertes enfrentamientos en medio de la población civil, entre bandas criminales y fuerzas del Estado. Es muy triste que estemos reviviendo estos momentos violentos, que están generando una permanente amenaza a las familias. Igual situación se está presentando en los municipios del occidente huilense, donde estas organizaciones han puesto sus leyes. Allí las autoridades y la población viven sometidas a la voluntad de estas organizaciones criminales. Mientras el gobierno nacional, vive descontextualizado y mirando el desarrollo de la vida del universo y del cosmos. Deben aterrizar. Debemos respaldar al gobierno departamental que lidera el gobernador Rodrigo Villalba, quien ha focalizado su accionar para fortalecer la seguridad ciudadana, junto con el apoyo de los alcaldes municipales y de la ciudadanía en general.
No cesa tampoco, los atentados terroristas en la ciudad de Neiva. En la noche del jueves anterior, se presentó nuevamente una amenaza a un establecimiento comercial de la ciudad de Neiva, en horas de la noche. Afortunadamente resultó ser un señuelo de artefacto explosivo, que puso en alerta a las autoridades locales. Pero no hay que descuidarnos. La culebra sigue viva. Desde las montañas, la oficina de la Dian que han creado de manera ilegal estas organizaciones terroristas, sigue acosando y extorsionando a las personas naturales y organizaciones empresariales para que paguen las vacunas. Algunos sectores han amenazado con crear algunos frentes de seguridad ciudadana, para coordinar con la institucionalidad, la protección de sus negocios, con el fin de evitar el avance exponencial que ha tenido la extorsión, si el gobierno nacional no estructura estrategias que conduzcan a fortalecer la seguridad en nuestro departamento.