Diario del Huila

La historia de hace un siglo

Jun 4, 2024

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Por: Juanita Tovar.
Hace un siglo, en Estados Unidos, Eugene Debs, un socialista de pura cepa con un discurso seductor que lograba hipnotizar masas, se lanzó a la presidencia. En uno de sus discursos, exactamente el 16 de junio de 1918 en Ohio, habló en defensa de los jóvenes encarcelados por evitar el servicio militar obligatorio en ese país. Debido a ese discurso, Debs fue condenado a 10 años de cárcel por sedición y tuvo que continuar haciendo campaña a la presidencia desde la cárcel. Desde ese incidente hasta la semana pasada, con la sentencia contra Donald Trump, nunca en la historia de Estados Unidos un expresidente y candidato presidencial había sido condenado.

Eugene Debs, haciendo campaña desde su celda, obtuvo un millón de votos. Aunque no ganó la presidencia, pues fue vencido por Warren Harding, quien asumió la presidencia en 1921, logró continuar con la contienda electoral a pesar de estar condenado. Lo más particular de esta historia es que el propio presidente Harding, su acérrimo rival, lo primero que hizo al ganar las elecciones fue perdonar a Debs, permitiéndole salir de la cárcel. Pero miren la diferencia con Colombia, esto sucede porque la Constitución de Estados Unidos no le impide a una persona condenada ser candidata a la presidencia.

Esta historia me hace pensar en varias cosas. Suponiendo que la condena en cárcel de Trump quede en firme por falsificar los registros comerciales, todo para tapar el pago de dinero destinado a silenciar su amorío con Stormy Daniels, la estrella porno, y así proteger su candidatura presidencial en 2016, ¿qué pasaría? Primero que todo, es posible que ni siquiera Trump pueda ejercer el derecho al voto el 5 de noviembre, pues tiene su documento inscrito para votar en Florida, estado en el que las personas condenadas no pueden votar hasta que cumplan su condena. Pero todo esto depende de la sentencia.

La capacidad de Donald Trump para votar depende de la naturaleza de su condena y de las leyes específicas del estado en el que reside. En Estados Unidos, las leyes sobre el derecho al voto de los condenados varían significativamente entre los estados. Algunos permiten que las personas condenadas por delitos graves voten después de cumplir su sentencia, mientras que otros imponen restricciones más severas.

Trump puede ir preso por unas faldas, pero ese no es el único caso por el que debe responder. Otros tres líos judiciales lo agobian: uno en Florida, otro en Washington y otro en Georgia. El primero tiene que ver con unas cajas que encontró el FBI escondidas en habitaciones de su mansión en Mar-a-Lago, con documentos oficiales que Trump habría sacado sin permiso de la Casa Blanca. El segundo es por haber presuntamente instigado el asalto al Capitolio, enfrentando un juicio por el intento de revertir los resultados de las elecciones de 2020. Y en el último, y no menos importante, Trump está acusado de formar parte de una organización mafiosa para tratar de revertir las elecciones en Georgia.

Lo cierto es que la que tiene a Trump pasándola mal es una estrella porno y pensando en cosas histriónicas como este caso, ¿se imaginan que Trump sea el próximo presidente de Estados Unidos y pase lo mismo que hace un siglo, donde Warren Harding perdonó a Debs, y que su ultra enemigo Joe Biden lo indulte para que pueda gobernar, tras haber sido elegido democráticamente?

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