Por: Álvaro Trilleras
Desde que el Gobierno Nacional fortaleció económicamente las Cajas de Compensación Familiar en todo el país, a comienzos de la década del 80 del siglo pasado, comenzaron los problemas en estas entidades, creadas para apoyar a los trabajadores colombianos.
Dentro de estas medidas, inicialmente estaba el subsidio que mensualmente se le suministra a cada uno de los hijos de los trabajadores para el estudio, manutención y otros beneficios.
La era de Esteban Ortiz
El primer director de Comfamiliar del Huila que yo conocí, fue por allá en 1977, el joven abogado, Esteban Ortiz, persona de extracción popular, quien con mucho esfuerzo terminó estudios secundarios en el Colegio Nocturno Reinaldo Matiz en Neiva.
Más tarde, el entonces senador, Guillermo Plazas Alcid se lo llevó para Bogotá y lo puso a trabajar y a estudiar, así como hizo con muchos jóvenes de la época, que luego se destacaron en la Administración Pública, la política y la empresa privada.
Una vez Esteban terminó su carrera de abogado, regresó a Neiva y fue designado director de Comfamiliar del Huila, cuando la entidad funcionaba en una casa grande arrendada, ubicada en la calle segunda, entre carreras cuarta y quinta.
Por esa época, la entidad poco manejaba recursos y contaba con un grupo de personas amables, atentas y honradas. Unos años después el Gobierno Nacional le inyectó recursos económicos y fueron creados los parafiscales, aquellos impuestos que deben pagar todos aquellos contratistas de la Nación y los entes territoriales, más otros aportes del Estado.
A pesar de las limitaciones presupuestales, Ortiz compró los primeros terrenos en el Juncal y allí construyó una piscina pequeña, un salón de reuniones, unas pocas cabañas y algunas lanchas de motor, que sirvieran de esparcimiento para los trabajadores afiliados.
La era de Germán González
Cuando fue elegido director de Comfamiliar del Huila, Germán González, creo que en la época de Julio César Turbay Ayala (1978- 1982), se decidió construir su propio edificio para albergar a todas las dependencias del organismo, donde funciona actualmente.
Al final de la obra, se conocieron muchas denuncias por corrupción, por sobre costos en la obra, las que superaron miles de millones de pesos. Los jueces de Instrucción Criminal de la época (no existía la Fiscalía General de la Nación), hicieron una minuciosa investigación, la que arrojó unos resultados escandalosos, siendo destituido y encarcelado el director, junto al contratista, el interventor y todos los miembros del Consejo de Administración.
Fue el primer escándalo de corrupción con los dineros de los trabajadores, en los que resultaron comprometidos los directivos, hasta los representantes de los empresarios, delegados del gobierno, incluso, hasta de los mismos trabajadores.
La era de Armando Ariza
El colega Carlos Salamanca, trabajaba en Radio Neiva y en el Diario del Huila, era el encargado de manejar los temas económicos y una de las fuentes que él cubría, era la seccional de Fenaldo, la que era dirigida a comienzos de la década del 90 por Armando Ariza, quien años atrás, vendía leche en jarreo en los barrios del norte de Neiva.
Salamanca hizo estrecha amistad con Ariza y comenzó a promocionarlo en el Diario del Huila, hasta convertirlo en un personaje de nuestro medio. Al ser destituido Germán González, como director de Comfamiliar del Huila, fue encargado de la misma, Armando Ariza, a quien le correspondió ofrecer el servicio médico, el ensanche del Supermercado y la ampliación de las instalaciones del complejo turístico del Juncal.
Por supuesto, que Ariza para atender las presiones políticas, especialmente del liberalismo, comenzó a ampliar la fronda burocrática y creó nuevas IPS en Tunja y otras ciudades del país.
Los robos con la salud
La Constituyente del 91, reguló la salud en el país, buscando darle una mayor cobertura y eficiencia, transformó los hospitales públicos en ESE y creó las IPS y EPS.
Ello llevó a la creación de grandes empresas prestadoras de salud y sus socios fueron personas vinculadas con la política, el gobierno y algunos profesionales del sector de la salud. El gobierno determinó, que los dineros de la salud, fueron administrados por las EPS, las que se convirtieron en focos de corrupción, ya que no pagaban a los hospitales, clínicas e IPS.
Fue tanto el desgreño con la salud, que en la época reciente de la pandemia del Covid 19, toda persona que moría por otras causas, la hacían aparecer como fallecida por la pandemia y cobraban 30 millones de pesos por cada difunto.
En otras ocasiones, el costo de los pacientes remitidos a las clínicas particulares, el servicio lo facturaban por encima del valor real. Qué decir de los medicamentos de alto valor, eran incrementados hasta el triple del costo real.
Todos estos entuertos le fueron atribuidos a Ariza, hasta que fue investigado por la Fiscalía y los jueces penales, quienes le dictaron orden de captura y anda huyendo por estas razones.
Mientras que estas irregularidades seguían su curso normal, los miembros del Consejo de Administración y la Junta de Vigilancia se hacían los de la vista gorda, porque hasta algunos de ellos tenían negocio por debajo de la mesa, con el mismo Comfamiliar del Huila.
La era de Luis Miguel Losada
Destituido Armando Ariza, el Clan político de la familia González Villa, impuso el nombre de Luis Miguel Losada, supuestamente para que arreglara el problema de corrupción y las finanzas de Comfamiliar del Huila.
Losada llegó y siguió por lo mismo. Puso en venta algunas propiedades, entre ellas, las IPS fuera de Neiva, incluso, el Supermercado de la entidad.
Según se ha conocido, Comfamiliar del Huila está dejando pérdidas mensuales por el orden de los $6.000 millones mensuales y tiene actualmente obligaciones acumuladas por $400 mil millones.
Hoy llegó a Neiva una comisión de la Superintendencia de Salud y ocupó las instalaciones de la entidad, destituyó al director ejecutivo, al revisor fiscal y a los miembros del Consejo de Administración y Junta de Vigilancia. Mi pregunta ¿y en dónde estaban los representantes del sindicato de trabajadores?