Por: Aníbal Charry
En este violento y corrupto país de todas las mortandades y crímenes atroces de todas las épocas que no conmueven a nadie, que justificamos de una u otra manera acostumbradas a ellos falseando después la historia para maquillarlos en beneficio del régimen, cuando algún profesor pretende enseñar la cruda y terrible historia verdadera, le llueven toda clase de improperios y amenazas que después se convierten en realidad como lo hemos visto con no pocos docentes que después son asesinados vilmente por el solo hecho de hacerlo cuestionando la infamia y la violencia, sindicados de guerrilleros o subversivos que buscan generar odio de clases propiciando venganzas contra el orden que impone el establecimiento.
Y tal es lo que le ha ocurrido a la profesora de ciencias sociales Sandra Caicedo en un colegio público de Cali, que se atrevió a realizar un taller pedagógico con sus estudiantes sobre los llamados falsos positivos, que como sabemos fueron execrables asesinatos de gente indefensa, discapacitada y humilde que hicieron pasar infamemente como guerrilleros disfrazándolos como tales, a cambio de premios para sus ejecutores en los dos periodos presidenciales de Álvaro Uribe, la cual quedó ahora amenazada y en la mira de los asesinos que tenemos de todo pelaje, listos a cobrar con sangre el atrevimiento de haberle formulado preguntas directas a sus alumnos sobre el genocidio que según sus peligrosos contradictores insinuaban las respuestas para sindicar como autores a quienes todos los colombianos sabemos los cometieron, con fundamento en los mismos fallos que ha proferido la justicia a la cual también han sindicado de aliada de la subversión.
Y es que la ahora amenazada profesora no ha hecho más que tratar de enseñarle a sus alumnos la verdadera historia sobre esta matanza que no tiene parangón en América Latina ni en las más feroces dictaduras militares, fundamentada en un informe de la JEP que determinó el asesinato de 6.402 personas inocentes, que también, como no, recibió toda clase de denuestos y deslegitimaciones por los mismos que ahora atacan a la profesora por tratar de imponer según lo han afirmado muchos opinadores del uribismo, su propia visión personal sesgada y de condenas sobre hechos que todavía ni la justicia ni la historia ofrecen certezas, como lo sostuvo María Isabel Rueda en su columna dominical de El Tiempo, en contra vía de los tozudos y brutales hechos confirmados ya por la justicia.
Con lo que ha hecho la amenazada profesora, que ya debe estar buscando donde exiliarse para proteger su vida por ejercer la libertad de cátedra tratando de enseñar la historia siniestra de asesinatos del establecimiento, que siempre hemos maquillado para enseñar una cosa distinta a nuestra consuetudinaria y abominable realidad, se confirma igualmente la violencia ejercida contra miles de profesores sacrificados por enseñar la verdadera historia de tantos años de todas las violencias que hemos padecido, que ha dejado estérilmente millones de víctimas que no han conmovido a la ciudadanía a reaccionar masivamente conociendo esa atroz historia, para que tratar de parar definitivamente él desangre.