Por: Sergio Andrés Losada Cerquera
Supongamos que se extinguieran las especies de ganado de donde proviene la proteína que consumimos: tendríamos la posibilidad de alimentarnos con frutas, verduras o proteínas de origen no animal como lo hacen millones de personas y el planeta seguiría su curso.
Ahora supongamos que por cualquier otra razón, como una pandemia, se extingue la humanidad: los reinos vegetal y animal coexistirían sin la amenaza del hombre. En la práctica, es posible pensar en la perpetuación de la vida en el planeta a falta de cualquier especie, excepto la de las Abejas.
Consientes de este escenario la ONU, en el 2018 decretó el 20 de Mayo como el día Mundial de las Abejas, como un espacio para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible. Y es que más allá de ser un romántico hecho diplomático, la importancia de los polinizadores es tal, que casi el 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse, el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización y el 35 de las tierras agrícolas mundiales.
La (FAO), resalta que “El objetivo principal es proteger a las abejas y a otros polinizadores para que puedan contribuir de forma significativa a resolver los problemas relacionados con el suministro de alimentos en el mundo y acabar con el hambre en los países en desarrollo.”
En nuestro contexto, además de las funciones de polinización, producción de alimentos, biodiversidad, se cuentan por miles las familias cuyo sustento depende de las abejas: Muchos campesinos y emprendedores viven de la Miel, el polen, el propóleo, la jalea real, la pitoxina, asi como de medicamentos naturistas hechos a base de la producción de las Abejas.
A pesar de que en Colombia se expidió la Ley 2193 del 2022 como marco nacional de protección, fomento y desarrollo de la Apicultura y en el Departamento del Huila la Ordenanza 055 del 2020 con el mismo propósito, para el Apicultor Alfredo Collazos “Estas normas son importantes pero carecen de aplicación, operatividad y su cumplimiento está por verse”, por lo que llamamos la atención de las distintas entidades relacionadas tanto en la ley como en la ordenanza a que hagan sinergia y logremos alcanzar los objetivos trazados en dicha normatividad.
Las Abejas y demás polinizadores en el Huila están expuestas a serias amenazas entre las que se encuentra las fumigas en cultivos como el Café o el Lulo, pues se cuentan por millones las muertes de estos insectos que se podrían evitar si avanzáramos en la articulación de acciones tendientes a la protección de la apicultura, principalmente en términos culturales y educativos por lo que tenemos por delante muchos retos por la salvaguardia de la vida en el planeta.